(Maratón 3/3)
Los rayos del sol se colaban por una pequeña abertura de las pesadas cortinas, perturbando el profundo sueño de las jóvenes novias y arrebatándoles las ganas de dormir.
Había pasado un mes desde que se les informó finalmente una fecha en la que se les daría una sentencia a los responsables de aquellos horribles sucesos. Y ese día era precisamente, el día que habían esperado por casi 6 meses.Hubiera sido más, pero la morena no podía quejarse de la efectividad de la ayuda de su amiga de coletas. Aunque seguía sin esclarecerse cómo lo logró.
Catra miró a su novia despertar, sus ojos azules brillaron con los rayos del sol , una sonrisa preciosa apareciendo en la comisura de sus labios al mirarla.
La casi felina sonrió por inercia, y supo que ese era su lugar, como si no estuviera lo suficientemente segura, cada día, de que ella era lo mejor, su única necesidad, su alma. Amó ver ese destello de felicidad y los orbes llenos de amor como la inmensidad de mar, amor por ella.
Vio como el brillo de la rubia, tan natural y fulgurante volvía, y se sentía aún más feliz al saber que, en parte, ella era la causa de todo aquello. Se sentía más amada que nunca, como jamás experimentó.
Porque esa sensación era inmensamente única, maravillosa y espectacular, sencillamente indescriptible, pero que llenaba su corazón con la más hermosa sinfonía de latidos.
Ahí, su vida tenía sentido por fin.
La ojiazul se levantó, estirando su brazos con un bostezo y dándole a la castaña una privilegiada vista de sus pechos. Se lamentó de que no habría suficiente tiempo para poder disfrutarla como quería, pues ya estaba fuera de la cama, completamente desnuda y dirigiéndose al baño para ducharse. La alfa se apresuró a seguirla.
—¿No me esperarás?—Cuestionó en burla.
—Iba a hacerlo. Pero si no te apresuras no es mi culpa.—Respondió del mismo modo, con una sonrisa socarrona y la clara intención de cerrar la puerta en la cara de la morena.
Pero ella fue más ágil y logró entrar con su novia, quien refunfuñó aparentando molestia, de brazos cruzados y levantando más sus pechos con ello.
—Esta vez gané yo.—Provocó sonriente, para observar como la rubia le sacaba la lengua infantilmente. Soltó una carcajada alegre.
—Hubiera pedido que entres, de todos modos.—Farfulló, sacándole otra risa a la alfa, quien solo la abrazó por la espalda y dejó un beso en su nuca.
—Te amo, ¿sabes?—Soltó, notando como las mejillas y orejas de la pálida piel de Adora se enrojecían, como cada vez que le repetía lo que sentía. Su corazón palpitó felizmente cuando respondió:
—Y yo a ti. Más que a nada.
(...)
—Ahora que lo noto, no llevas tu collar.—Admitió la morena, mirando a la clavícula de la rubia mientras se vestía.—¿Lo perdiste o algo así?—Inquirió.
—¿Sí? Tampoco recuerdo habérmelo quitado por nada en específico.—Mintió desviando la mirada, evidentemente nerviosa. Catra lo notó, pero decidió no preguntar nada al respecto hasta más tarde. Prefirió centrarse en proteger y cuidar a Adora. Estaría con ella pasara lo que pasase en la corte.
Cuando la omega finalizó de arreglar su cabello en esa estúpida coleta que adoraba, la omega suspiró, tomando la mano de la de ojos bicolor y entrelazando sus dedos en un intento de calmarse. La castaña apretó ligeramente su mano para transmitirle que la apoyaría.
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Late -Catradora/Glitra (Omegaverse)
FanfictionCatra estaba harta. No, harta era poco para lo que sentía. Su esposa, Glimmer, era demasiado para ella. No había día desde hace cinco años en el que no se quejara o le gritara por cualquier trivialidad. Hasta que un día, amargo como el café que...