Late -Catradora/Glitra (Omegaverse)

4. Pain (Parte 2)

Catra suspiró.

Era... difícil recordar todo eso, difícil hablar sobre su ex-omega sabiendo que todo lo que vivieron fue como recordar todo el dolor vivido.

Así que, cansada, empezó su relato.

—Bien. No sé quienes son o eran mis padres, pero fui criada por una mujer llamada Sharon,.—Dijo, vagando en sus más dolorosas memorias.—No me quería, ni fue amable conmigo, me hizo mucho daño, pero eso no me afecta. Ya no, al menos. Cuando tenía como cinco años conocí a Glimmer y a Bow, tú ya conoces a Glimmer, pero Bow está en el extranjero. Ellos fueron mis únicos amigos... mi soporte hasta que conocí a Scorpia y Entrapta. Años después me enamoré de Glimmer. Teníamos como quince años cuando nos hicimos novias. Ella era, como decirlo... la mujer de mis sueños en ese entonces.—Contó, la nostalgia invadiéndola con cada palabra.—Una noche, la peor, podría decirse... la marqué por accidente y nuestras madres nos obligaron a casarnos. No me opuse porque creía que la amaba. Yo aún... lo creo.—Confesó.

Adora observaba en silencio, casi viviendo las palabras de la alfa como si fueran suyas propias, sintiendo las emociones ocultas en el relato. Acarició suavemente el hombro de la morena y esta la miró, para sonreirle apenas y continuar.

—Nuestros primeros dos años fueron perfectos, como sacados de un sueño, pero los que vinieron después de eso estuvieron lejos de serlo. Glimmer empezó a mostrar su verdadero ser. Se quejaba por todo lo que hacía, por lo que no hacía y por cosas que estaban fuera de nuestras manos, como cuando descubrimos que ella no podía tener hijos. Ese fue uno de los peores días de mi vida.—Recordó, soltando una risa sarcástica.—Después de aquello... nada fue igual, incluso ahora.

—Ella... ¿alguna vez te amó?—Cuestionó, buscando la mirada de la castaña, y, cuando la encontró, pudo notar su expresión, devastada, sombría, triste. Y la alfa volvió a reír.

—Honestamente, no lo creo. Es decir, sólo mírame ahora, hace un par de meses esta todo mal, me mintió diciendo que se sentía frustrada por no tener un bebé, blah, blah, blah, quedó embarazada y todo parecía perfecto, descubro que me mintió toda mi vida y durante siete años de matrimonio, y además que usó al cachorro para atarme, fin.—Dijo rápidamente. ¿Y sabes qué es lo peor? Que yo... caí, le creí cada palabra.—La rubia abrazó a la morena casi en llanto, soltando un poco de su dulce esencia para relajarla.

—En serio lamento que hayas pasado por todo eso.—Le respondió.

—¿Sabes? Creo que si Bow se hubiera quedado aquí, él y Glimmer hubieran salido y yo pude haber esperado y encontrar a alguien mejor para mí.—Suspiró.—Por eso no deberías dejar que te marquen. No importa cuanto "amor" creas que haya. Te arruinas la vida.—Aconsejó, y con mucha razón.

—Oh, lo sé. Por eso mi madre me dio este collar protector antes de venir aquí.—Contó, mostrándole con orgullo un collar con un dije de una espada, un amuleto difícil de conseguir.—Además, no deberías hablar como si tu vida estuviera arruinada, tienes apenas veintiséis años.

—¿Y cómo quieres que hable entonces? A mi parecer, lo está.—La ojiazul negó con una sonrisa.

—Eso es porque no has visto las maravillas que hay fuera del trabajo. Deberías salir a divertirte más seguido, si no lo haces entonces desperdiciarías tu vida.—Dijo. La de ojos bicolor abrió los ojos sorprendida, dándose cuenta de la razón en las palabras de la omega.

—Scorpia también dice eso.—Respondió en medio de un bostezo.—Supongo que tienen razón, lo intentaré.Gracias otra vez.—Catra se levantó y le tendió la mano a Adora, quien la miró confundida.—Te llevaré de vuelta a casa, ya es muy tarde para que vayas sola.