Epílogo.

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(N/A: Finn es no binario, pero estaré usando el pronombre <<él>> ya que aún no lo sabe)

(N/A 2: La canción del inicio está pensada para el final, pero pueden reproducirla en cualquier momento, y lo entenderán de todos modos.)


—Amor...—Murmuró la rubia, somnolienta, moviendo a su esposa apenas para que aflojara el brazo que apresaba su cuerpo. La morena abrió su ojos dorado apenas brillante para inspeccionar la a la ojiazul, haciendo una mueca que la rubia interpretó como un "¿qué?"—Realmente tengo que ir al baño.—Indicó apenada, pues no quería despertar a su alfa ni mucho menos salir de la cálida cama que compartía con ella, sus brazos envolviendo todo su cuerpo y terminando en su vientre redondo.

La castaña hizo un quejido audible, soltando a la omega muy a su pesar, dejándola libre y despertando completamente cuando dejó de sentir la calidez del cuerpo de su esposa a su lado.

Observó el cuerpo desnudo de Adora y rió con picardía, a lo que la rubia se volteó por un segundo, y no logró identificar si sonreía o si quería golpearla. Nada era seguro con ella después de que las hormonas llegaran a ella como una plaga. Al menos sabían que eso acabaría pronto. ¿O tal vez no?

—¿Sabes? Quizá sea un desperdicio volver a dormir ahora que despertaste otra vez.—Dijo con un tono seductor que hizo a su contraria reír.—Podríamos continuar con la diversión...—Invitó con una sonrisa que la rubia no vió. Pero de repente, el silencio llenó todo el lugar.

Se sentó en la cama, sus instintos alertándola, lista para cualquier cosa que sucedería.

—¡CATRA!—Gritó la ojiazul. La morena no perdió tiempo, casi saltó de la cama hasta el baño, donde estaba su esposa, de pie, con sus piernas abiertas, líquido corriendo por las mismas y terminando en el suelo.

Los ojos azules reflejaban mil emociones que simplemente no podían expresarse con palabras; miedo, emoción, ansiedad...

—¿Te orinaste?—Soltó la morena por accidente, sin saber qué hacer. Ni siquiera intentó reírse, porque todo en su interior era un caos, se sentía extraña, algo trepando por su cuerpo hasta que hizo cortocircuito en su cerebro y la hizo finalmente entender.

Ya era hora.

Finn estaba a nada de nacer.

—¡No me oriné! ¡La fuente, Catra, la fuente!—Continuó gritando, moviendo sus manos casi desesperadamente, sin poder hacer nada más.

—¡Lo sé!—Contestó, moviéndose de un lado a otro y buscando por todos lados su ropa y la de su esposa, más de una vez resbalando de sus manos como si fueran mantequilla. A duras penas logró vestirse y también a la rubia cuando un gemido de dolor la hizo alarmarse.

—¡Muévete, maldita sea!—Ordenó, y si no hubiera estado tan asustada, se habría reído.

—¡Ya voy!—Alcanzó a responder, tomando su teléfono de la mesita de noche y marcando a la única persona cerca.

Como agradeció que Perfuma hubiera decidido pasar sus vacaciones allí en esos instantes.

—CATRA.—Dijo la ojiazul, tomando la mano de su alfa y apretándola con fuerza mientras se agachaba en el suelo con un grito de dolor.

—¡Scorpia!—Habló aliviada al escuchar la voz somnolienta de su mejor amiga.—¡Finn ya viene! ¡Voy al hospital con Adora!—Avisó. Y cortó.

Otra ola de pánico la invadió, su mente trabajando y concibiendo miles de posibilidades que hasta ese momento no le habían parecido triviales.

Late -Catradora/Glitra (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora