Habían pasado dos años más desde que se convirtieron en una familia oficialmente. Decidieron ir de viaje a Taiwan para casarse legalmente y también tener una luna de miel en familia.
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Si bien era cierto que ahora que Sunny era su hija de manera legal ya no tenían mucho tiempo para ellos solos pero la felicidad que les daba cada día lo compensaba. No solo tener a la pequeña con ellos sino también la compañía del otro. Saber que finalmente los dos extremos del hilo rojo estaban juntos era una experiencia mágica, desde la primera vez hubo una conexión inexplicable pero placentera y ahora viviendo juntos no hay dia que falte el cariño en esa casa que dejó de estar vacía hace años, ahora era un hogar. En cuanto a Lara, no se había preocupado por visitar a la niña y al parecer Sunny la iba olvidando poco a poco. Zhan no sólo había ganado a su hija y su alma gemela sino también era el dueño y director del teatro más grande en China donde alguna vez se presentó, todo gracias a su multimillonario "sugar daddy" como a él le gustaba llamarlo. Yibo seguía encargándose de su empresa y cada día se volvía más valiosa en el mercado y por ende él se volvía más millonario.
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- Basta baobei, necesito dormir- le decía a su esposo quién estaba llenando su cara de besos
- La niña está dormida es un buen momento para nosotros- susurró el castaño mientras lo seguía besando por todas las partes posibles - Tú solo coopera yo me encargo del resto- se trepó sobre el cuerpo semidesnudo del mayor y comenzó a moverse lentamente mientras lo besaba, atacó sus labios haciendo que su esposo le siguiera el beso al fin. Estaban tan entrados en lo suyo cuando la puerta de su habitación se abrió de repente haciendo que Zhan empujara a Yibo al otro lado de la cama;
- ¡Papis voy a llegar tarde otra vez a la escuela!- gritó Sunny un poco molesta - Dijiste que me despertarías y ya son casi las 8- le reprochó a Yibo
- Es cierto, corre, corre, corre- decía Yibo mientras se levantaba de la cama y empujaba a la niña de vuelta a su habitación para ayudarla a arreglarse. Mientras Yibo se encargaba de Sunny, Zhan preparaba el desayuno para los tres. Bastaron casi 10 minutos para que apareciera la pequeña Sunny lista para ir a clase y Yibo corriendo tras de ella con un moño en la mano y con la otra tratando de ponerse la sudadera que hacía conjunto con el pants. Zhan se acercó a ambos y los ayudó a terminar de alistarse, primero le acomodó el moño en la coleta de su hija y después le subió el cierre a la sudadera de su esposo.
