Un último baile.
Dos de la mañana, Steve se mantenía callado, observando por el cristal a la luna, que a su vez, brilla intensamente y se reflejaba en el mar. Si no fuera por qué la luna le hacía compañía, el rubio estaría completamente solo, porque, así es como se sentía, su soledad hace tiempo que no le dejaba, cada día era igual, no había nada que le quitará esa sensación de soledad.
Hace ya meces que se encontraba en el departamento de Brooklyn, después de todo, solo era un joven militar herido en batalla, eso y que su único amigo ya no esté, valla que lo jodía.
(....)
Lunes
El calor del verano se sentía, era claro que fue mala idea utilizar una polera de manga, pero no encontró otra forma, solo así podía juntarse con Nat y que no se diera cuenta de lo que hizo.
- ¡Hey! - Una voz dulce se escucha.
- Hola Nat - Saludo cordialmente.
Ambos toman asiento y se disponen a ponerse al día, Steve agradece esto, pues son de las pocas cosas que aún disfruta.
Como suele pasar en estas ocaciones, Nat siempre le platicaba de su trabajo como asistente de un empresario, como este cada día hacía cosas que le ponían en riesgo y a este no le importaba. A Steve le pareció que a aquel hombre solo le faltaba ser escuchado, o alguien que le pusiera esa atención que pedía a gritos.
No es que Steve fuera él mejor o la persona más apta para decir eso, pero algo le decía que esa persona no le importaba su vida, ¿Y quien era él para decir eso? No le conocía de nada, pero había esa curiosidad de querer conocerlo, tal vez ese dicho "Siempre hay un roto para un descosido" si era verdad.
Miércoles
Los vaqueros deslavado, unas converse , su camisa lisa y su cabello pulcramente peinado. Nat le dijo que tenía algo importante que contarle, por lo que quedaron de verse en el café de siempre, a él no le gustan mucho las cosas nuevas.
Camino hasta el café, observando como las personas pasaban a su alrededor, todos en su mundo, todas en su propio mundo, como él. Llegó al café veinte minutos antes, cómo es su costumbre, ordenó una rebanada de pastel de chocolate y un té de manzanilla.
Natasha llegó puntual, inicio la conversación normal, preguntando a Steve que tal su día, comentando debería salir más y no ser tan aislado en si mismo, cosa que realmente el rubio ama. Varios minutos después de platicar de cosas banales, Nat comento el verdadero motivo de su encuentro.
- Se que no debo interferir en tu vida - Inició, tomando una actitud más formal - Pero creo esto te interesara - Saca de su bolso una carpeta que deja en la mesa y se la muestra a Steve.
- Mi jefe, Tony, está buscando un asistente personal - Sonríe - La paga es buena, él no es muy amigable, pero puedes trabajar con él - Asegurá, mirando los gestos de Steve.
- No lo sé Nat - Desvía la mirada, mientras junta las manos sobre la mesa - No creo que pueda con ello - Suspiro - A demás, ¿No dices que es un tipo despreciable? - Cuestiona divertido, mientras sonríe, mirando de nuevo a la peli roja.
Nat sonríe, sabe que el rubio no quiere ayuda, no desde que perdió a su mejor amigo y su trabajo, sabía que se estaba hundiendo, no lo dejaría.
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One-Shots
Random* Multi shipp * Historias como nunca antes * Solicita él shipp por mensaje * Que te diviertas (^v^) 🔴 Historias total mente inventadas 🔴 * Las actualizaciones suelen depender de mi inspiración, perdón si tardo en traer capitulo * Algunos que sean...