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Aziraphale x Crowley °La carta del señor Fell°

La carta del señor Fell 

La mañana era tranquila, el sol brillaba, algo que molesto a Crowley, habia pasado una mala noche, queria dormir más , y con el sol no podria, asi que en contra de su voluntad se levanto, como buen demonio que era, realizo un milagro para dejar todo tal y como estaba, casi todo, tomo sus gafas y bajo a la libreria, no sin antes pasar por una buena ración de vino.

- Señor Crowley, ¿Todo bien? - Muriel le cuestiono al ver que tenia, de nuevo, una copa de vino junto a varias botellas.

- Tranquila, solo las traje por si acaso - Aseguro elevanto su copa a modo de brindis y bebio de esta, bajo la atenta mirada del escriba, quien ahora vestia un bonito pantalón de tela con una blusa a juego - Si te preocupa que pase lo de esa vez, te aseguro que no pasara, no esta vez - Dejo de mirar a su acompañante para mirar las botellas - Por favor no te preocupes más por mi Azi - Al darse cuenta de su error solo guardo silencio y dejo la copa en la mesa - Disculpa - Se levanto del sillon y camino a la salida, sin mirar atras, dejando a una confundida angel que solo miro como salia de ahi. 

- No, aún no esta bien señor Crowley - Susurro para ella bajando la mirada y caminando a uno de los estante para buscar un buen libro para ese dia.

Ya habia pasado tiempo desde que Aziraphale decidio ir al cielo, rompiendo el corazón de Crowley, y como acto de mazoquismo solia ir al Ritz , o al parque, solo para undirse en sus memorias junto aquel bello angel, solo para terminar llorando y volviendo a la libreria pidiendole a la maxima autoridad del cielo que le devolviera a su angel o que por lo menos le dijera que esta bien, pero como siempre, no optuvo respuesta.

Siempre solia decir que los sentimientos humanos no le afectaban, cosa que si bien no era del todo verdad, era una mentira a la mitad, sus sentimientos por Azirapahle le hacian sentirse la peor persona del mundo, o algo así, se esforzo por ser mejor para él, pero como siempre, se equivoco. Sentado en aquella banca que solia usar con su angel, veia una y otra vez aquella vez en que bromeando, le pregunto si alguna vez habia tenido curiusidad por sentir alguna emoción humana, y solo respondio que le gustaria sentir amor, ¿Entonces porque salio corriendo cuando se le precento la oportunidad de sentirlo? ¿Solo porque era él quien le dio esa oportunada? Muchas preguntas, pero ninguna respuesta.

- ¿Esperas a alguien? - Una voz suabe lo saca de sus recuerdos, voltea para decirle que no le interesa y que no le moleste, pero al ver quien era su voz no salio, en su lugar, solo asintio con la cabeza - ¿Al hombre con el que sueles frecuentar este lugar? - Vuelve a asentir- Lamento si paresco acosadora - Se disculpa acercandoce más al banco -  De hecho, tengo algo para ti - Se coloca en frente y mueve su mano derecha , hace un movimiento de dedos , a Crowley eso le parecio extraño, no reconocia a la chica frente a él, por lo que dedujo que debia ser un angel ¿Que hacia en la tierra? 

Despues de que saliera de su transe se percato que en la mano de la chica se encontraban unas bellas flores unas bugambilias, junto con una carta enrollado en un liston rojo junto a una caja que fue tomada por su otra mano.

- Me dijeron que esto es para usted - Sonrie extendiendo las cosas al demonio - Se que no debo preguntar, pero ¿Esta bien? - Pregunta al ver que Crowley miraba con nostargia las cosas.

- ¿Te envio Aziraphale? dime - Levanto la mirada de las cosas para verla.

- he si - Tartamudea - Solo me dijo que te diera esto - Confezo - La mento si eso te decepciona - Es interrumpida. 

- ¡ Dile que si tanto le importa saber como estoy que venga él mismo!  - Grito con enojo y sintiendo como sus ojos se llenan de lagrimas - Solo - Pausa y traga un poco de saliba - solo dile que si quiere que lo perdone, tiene que venir personalmente - Se acomoda las gafas y camina de regreso a la libreria con las cosas en las manos, tratando de regular su respiración durante el camino, sin importar que eso lastimara a Aziraphale.