Año 2012

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Había pasado un año desde que el joven Jungkook se había unido a las filas de Big Hit. No sabía si había tomado la decisión correcta, teniendo en cuenta todas las grandes compañías que apostaron por él. Sin embargo, no pudo dejar de lado su instinto. RM, el líder rapero del grupo, había sido el primer integrante que conoció. Ese hyung tenía "algo" que al joven JK le llamaba poderosamente la atención. Puede que su estilo, su talento, su forma de hablar, lo culto que era. Era un pack completo y se sentía muy seguro a su lado. En el minuto uno en el que sus miraras se cruzaron, Jungkook sabía que su destino se había atado para siempre al de ese joven que apenas le sacaba tres años, pero que en ese momento era una diferencia considerable.

Cuando ya llegó a la empresa y se mudó con el resto de trainees conoció al serio Suga y al alegre Hobi. Eran como las dos caras de una misma moneda. Tan diferentes como la noche y el día, pero cada uno con cualidades extraordinarias que les hacían brillar. Suga era el mayor, tenía un oído excelente, pero debido a su seriedad, al joven JK le daba algo de miedo por lo que intentaba no acercarse mucho. Por otro lado, Hobi era un alma inquieta. Desde que Jungkook entró a la empresa, Hobi hizo todo lo posible porque se sintiera bien. Lo cuidaba, estaba atento a él, incluso le enseñó pasos básico de baile. Jungkook no tenía ni idea de moverse, pero poco a poco, entre las clases del coreógrafo de la compañía y las extracurriculares de Hobi, comenzó a cogerle el gusto a esa disciplina.

Unos meses más tarde de la llegada del maknae a la compañía, llegarían Jin y Tae. Jungkook se sintió muy pequeño al lado de Jin porque era como ver a un actor famoso de la tele. Era tan alto, guapo, elegante y reservado que pensó que lo habían sacado de algún kdrama. Además, era mayor que Suga y eso le generaba aún más respeto hacia él. Por el contrario, Tae fue como una brisa de aire fresco para el maknae, por fin alguien más joven, aunque no tuviera su edad, solo eran dos años y Tae era muy juguetón. Les encantaba hacerle travesuras a los otros hyungs, inventarse juegos y salir un poco de la rutina.

La idea de la compañía era debutar con siete integrantes. Habían varios chicos posibles para ser ese séptimo, pero aún no había nada seguro. Ni si quiera los puestos de los trainees más recientes: Jin, Tae y el propio Jungkook, estaban seguros. Aún tenían que demostrar su valía si no querían ser desbancados por otros trainees. Jungkook comenzó a sentir una gran inseguridad hacia él mismo. Tanto por el tema del baile, como con el hecho de cantar delante de la gente. Era muy tímido y al jefe de la compañía lo estaba volviendo loco porque, aunque el joven tenía una voz prodigiosa, no sabía si sería buena idea echarlo al público con ese sentimiento de inseguridad. El maknae llevaba tiempo sin ver a su familia, ni siquiera había vuelto a Busan. Echaba de menos a sus padres, a su hermano, su casa, y aunque estaba donde quería, no podía evitarlo, aún tenía catorce años. Muchas veces se encerraba en uno de los baños de madrugada y se ponía a llorar. Intentaba que nadie lo viera o escuchara porque le daba vergüenza.

Hacía unos días le habían ofrecido ir durante un mes a Los Ángeles para hacer un curso intensivo de baile. Necesitaban que Jungkook aprendiera lo más rápido posible ya que si todo iba según lo planeado, no solo sería el maknae y el líder de la vocal line, si no un integrante más para la dance line. JK era consciente de ello, lo que no sabía es si estaba lo suficientemente preparado. También sabía que estaban buscando a otro trainee nuevo que estuviera más focalizado en baile y ayudara con el tema de las coreografías cuando Hobi no estaba. Hacía unos meses habían visto peligrar ese puesto, ya que Hobi tuvo un momento complicado donde casi decide irse, pero gracias a las lágrimas del joven y a la insistencia de los otros miembros, decidió permanecer en Big hit.

Ese día tanto Hobi, como Jungkook estaban ensayando pasos nuevos en la sala de ensayos. Era muy pequeña y la compartían con más personas, pero ellos estaban en una esquina, practicando sin parar, delante de un trozo de espejo. De repente, en el reflejo aparecieron unas piernas fibradas enfundadas en unas mallas oscuras que Jungkook no había podido olvidar. Los ojos del chico comenzaron a seguir todo ese cuerpo que había aparecido y que se había parado justo detrás de ellos para observar. Hobi paró en seco al percatarse de la llegada del nuevo integrante. Y una sonrisa invadió su cara.

MI ÁNGEL (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora