Año 2015 (parte 4)

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Jimin alzó su cabeza hacia el maknae, pero rápidamente la apartó. No quería que le viera así. Solo había bajado a desayunar porque Hobi insistió. Su plan para ese último día en Estados Unidos era estar en su habitación y no salir. Se sentía agotado, dolorido, triste, débil. Era una sensación que nunca había tenido, algo así como estar malo de gripe, pero con el pecho encogido. Cada vez que cerraba los ojos recordaba a Sungjoo encima de él a punto de robarle lo poco que le quedaba de dignidad la noche anterior.

-¿Estás bien? -Preguntó Jungkook visiblemente preocupado.

Hobi negó con la cabeza para que JK no les siguiera y se llevó a Jimin. No sin antes pasar por al lado del pequeño y darle un toque en el hombro intentando tranquilizarle.

Hobi y Jimin se sentaron uno frente al otro. Jungkook no les quitaba el ojo de encima. Estaba esperando el momento perfecto. Hobi se levantó a por la comida y fue ahí cuando el menor de los miembros movió ficha. Se incorporó de su asiento y se sentó rápidamente frente a Jimin.

-Hyung...

Jimin no le dejó seguir la frase.

- Vete a tu mesa, Jungkook. No tengo ganas de hablar.

- No lo entiendo. No entiendo porque estás enfadado conmigo. ¿Es por Sungjoo?

Si Jimin no hubiera llevado gafas de sol, JK hubiera tenido una respuesta automática. Los ojos del mayor se volvieron vidriosos al oír ese nombre. Intentaba retener las lágrimas, pero no iba a poder. Jimin se levantó camino a la habitación. Jungkook fue detrás siguiéndolo hasta la puerta. Antes de que Jimin entrara dentro de su cuarto, JK agarró una de sus muñecas para retenerlo y hacer que le mirara. Sin embargo, Jimin se quejó del dolor. Jungkook miró el brazo y sin pensarlo deslizó la manga larga hacia arriba. La muñeca de Jimin estaba totalmente marcada. Como si alguien le hubiera forzado.

JK no quería pensar mal, de verdad que no quería. Se le estaba nublando la vista de mala manera, pero sabía que no debía perder los papeles.

-Jimin... -A la mierda los honoríficos-. Quítate las gafas...

Jimin negó con la cabeza. Su barbilla comenzó a palpitar, conteniendo el llanto que deseaba salir de su pesado corazón.

-No...

-Por favor...

Jimin cedió ante la súplica insistente. Se estaba muriendo de vergüenza. Se sentía culpable por lo ocurrido porque había sido él quien había ido en busca de Sungjoo. Él no quería que las cosas acabaran de esa manera. Lentamente se desprendió de las gafas, apareciendo un visible moretón en uno de sus ojos. Aún con maquillaje, el color morado se notaba. Jimin rompió a llorar. Le dolía el ojo, pero ahora mismo le dolía más el alma. Jungkook estaba furioso, enfadado, quería matar a Sungjoo. No sabía lo que había ocurrido, pero necesitaba partirle la cara a ese cabrón.

-Kookie...

Jimin se acurrucó en el pecho de Jungkook, que recibió el pequeño y delicado cuerpo de su mayor con los brazos abiertos. El calor de los dos chicos se fusionó como si siempre hubieran sido uno. Fue la primera vez que el mayor se derrumbaba ante el joven. Casi siempre había sido Jungkook el que lloraba y Jimin el que consolaba. JK sabía que Jimin se desahogaba con otros porque no quería que el joven se sintiera mal. Aunque desearía que Jimin no sufriera nunca más, Jungkook estaba agradecido que por primera vez Jimin confiara en él para este tipo de cosas.

Seguían en medio del pasillo. Jimin se estaba quedando sin fuerzas para seguir de pie, por lo que Jungkook no se lo pensó. Cogió a Jimin en "modo princesa" y lo metió en la habitación para recostarlo en la cama. Le quitó los zapatos, el gorrito y le desabrochó la camisa para que estuviera más cómodo. Al hacerlo vio más morados por su cuerpo y no pudo evitar abrazarlo por la espalda y quedarse a su lado mientras se dejaban llevar por el sueño.

Toda la mañana se la pasaron durmiendo. Jungkook no había pegado ojo la noche anterior por lo mal que se sentía después de engañar a Jimin. Por otro lado, el mayor no había podido conciliar el sueño después de la noche de terror que le hizo pasar Sungjoo.

Pasaron las horas, ya era de noche. Hobi entró a la habitación, pero al ver la estampa decidió dormir con otro miembro. Y así fue como llegó la madrugada. Jungkook abrió los ojos. Tenía muy cerca la carita de Jimin. Era como un mochi redondito que incitaba a morderlo. De repente le entraron unas ganas locas de tocar su cara y no se contuvo. Alzó su mano hacia las mejillas suaves del chico y deslizó hacia abajo.

-Jimin-hyung... Te quiero... -Volvió a repetir Jungkook mientras le miraba. Siempre se lo decía mientras no le veía la cara, pero esta vez quería ver como respondía.

Jimin abrió los ojos ante aquellas dulces palabras y se acercó aún más. Agarró con fuerza la camiseta de Jungkook y la aprisionó metiendo su cabeza en medio.

-¿Cómo me quieres, Jungkook-ah? -Volvió a mover su cabeza, esta vez mirándole muy de cerca.

-Te quiero...

-Y yo...

Jimin acercó la cabeza de Jungkook jalando de su camiseta. Literalmente, estaban a milímetros de distancia. No corría aire, solo sus respiraciones jugaban en medio de los dos.

-Hyung... -logró decir el joven mientras tragaba saliva. Podía sentir el calor que desprendía los labios de Jimin y eso lo estaba dejando KO.

Por fin las bocas llegaron a puerto. Jimin atrapó el labio superior de Jungkook y este reaccionó sin dudarlo, correspondiéndole con la misma dulzura. Jimin se sentía tan arropado a su lado, tan seguro, tan él mismo, que si no le besaba esa noche no iba a poder perdonárselo nunca. Le deseaba mucho, y lo único que quería era quitarse el mal sabor de boca y emborracharse con la saliva del maknae de por vida. JK por su parte se dejó llevar por el mayor. Lo besaba tranquilamente, pero de forma constante. Esta vez no quería parar. No podía parar. Su boca era un pecado y él no estaba dispuesto a ir al cielo por perdérselo.

Podríamos decir que estuvieron literal una hora así. Besándose, respirándose, comiéndose. No fue nada erótico, solo se estaban dando el amor que durante años se habían negado. Jungkook atrapó la cintura de su ángel para que se juntara más a la de él, así podrían quedarse dormidos nuevamente mientras seguían saboreándose. Eran dos almas, que después de mucho caminar, encontraron cobijo la una en la otra. No pensaban en el mañana, ni en el qué dirán o el qué harían. Solo se conectaban. En una de las ocasiones Jungkook se separó un poco de él y besó su pequeña nariz. Cogió su mentón, bajó su cabeza y posó otro de sus besos en la frente del mayor.

-Jimin... Mañana...

-Shh... No digas nada. Mañana será otro día. Hoy eres mío Jungkookie.

Jungkook respondió con una sonrisa y abrazó con fuerza el cuerpo de Jimin. Después de unos minutos, volvieron a caer rendidos.


*Siento que este capi sea más corto, pero esta semana no me ha dado la vida ;_(

**Espero que os guste de igual forma


MI ÁNGEL (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora