Año 2012 (parte 2)

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A la mañana siguiente... Jungkook se despertó en el cálido regazo de su hyung, pero no era lo único que se había despertado calentito. Su abultada entrepierna rozaba con el respingón culo de Jimin. El chico también se estaba despertando por lo que se contoneaba levemente y, sin querer, frotaba su trasero contra la erección del joven.

-¿Jungkook-ah...?

Jimin se giró, pero Jungkook fue más rápido y salió corriendo de la cama. Como si el colchón tuviera un resorte. Cuando su mayor se dio la vuelta, ya el pequeño no estaba. El chico salió de la habitación camino al baño y solo deseaba no encontrarse a nadie en el trayecto, pero... No fue así.

-¿Jungkook?

Los ojos del chico se abrieron como platos al ver como Tae observaba lo estrechito que estaba todo ahí abajo. JK siguió su camino, pasó a su hyung chocando brazo con brazo y entró corriendo al baño.

-Lo siento, hyung...

Tae, que aún estaba quitándose las legañas, volvió hacia el baño y se quedó en la puerta reflexionando un poco hasta que pudo hablar.

-Jungkook-ah, no pasa nada. Nos pasa a todos, es la alegría de la mañana...

No obtuvo respuesta. Así que Tae emprendió rumbo de vuelta a la habitación. A llegar, se dio cuenta de que en la cama del maknae estaba Jimin y entendió un poco más la situación.

-Hola... Mi nombre es Park Jimin. -Dijo el nuevo mientras se sentaba en la cama y extendía la mano hacia Tae. El otro chico hizo lo mismo.

-Kim Taehyung, pero puedes llamarme Tae. Creo que somos de la misma edad...

-¿Sí? -preguntó Jimin visiblemente emocionado.

-Eres del 95 ¿no? -asintió el nuevo-. Pues yo igual. Es más, creo que vamos a la misma clase. Te presentaré a mis amigos.

-Muchas gracias, la verdad es que se agradece. No tengo amigos en la ciudad.

Tae sonrió de forma muy linda y se sentó a su lado rodeándole sus hombros con un brazo.

-Ya tienes un amigo, Chimin-ah.

Mientras las relaciones de amistad florecían en la habitación, Jungkook se apañaba en el baño como podía. Se bajó los shorts y tocó su pene erecto para intentar satisfacerse.

-Otra vez no... -susurraba para sí mismo.

Obviamente en el transcurso de un año se le había puesto contenta varias veces, pero no tanto como aquella vez que vio a Jimin bailar en su centro de estudios. Claramente ese chico tenía algo que revolucionaba sus hormonas, pero si iban a ser compañeros de grupo esta situación tenía que acabar.

Y así pasaron las semanas: ensayos grupales, clases en el instituto, clases vocales, clases de baile. ¡Estaban a tope! Por lo que al maknae no le daba tiempo a pensar en nada más, y la verdad es que lo agradecía. Veía como Jimin se esforzaba al 200%, se levantaba el primero, se acostaba el último y descansaba unas escasas cinco horas. Muchas veces el mayor se quedaba durmiendo en la sala de ensayos para no molestar y esa noche JK no podía dormir, así que fue en su búsqueda. Al llegar a la sala Jimin estaba completamente solo, durmiendo encima de una fina colchoneta. Era un ángel hasta cuando dormía. Los pómulos los tenía muy hinchados al igual que sus labios. Jungkook cogió otra colchoneta y la movió cuidadosamente, poniéndola cerca de su hyung. Se acostó en ella, no sin antes abrigar con la manta a Jimin. Se quedó mirándole, frente a frente: era una completa obra de arte. Se acercó un poco más. Con una de sus manos rozó la de Jimin.

-Hyung... -susurró el maknae-. Yo...

Jungkook se perdía en esa cara, en esa boca, en ese cuerpo. ¿Cómo lo iba a hacer? Era un chico, no podía sentir eso. Tenía que apartarlo, pero no podía. Le era muy difícil resistirse. ¿Sería porque todavía era un adolescente? ¿Se le pasaría en un tiempo? JK no sabía ni siquiera porque había empezado aquella frase ¿qué quería decirle? Si él mismo no sabía lo que le ocurría. Necesitaba irse, era muy peligroso estar así. Jungkook estaba decidido, volvería a su cama, pero de repente Jimin se movió hacia él, acurrucándose entre sus brazos. JK no pudo más, Jimin estaba dormido, ni se iba a enterar. Movió su mano libre y lo abrazó, tomando su cabeza y acariciando sus suaves y oscuros mechones. Cerró los ojos y se dejó llevar por el aroma a vainilla que procedía de su sedoso pelo.

MI ÁNGEL (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora