MI ÁNGEL (COMPLETA)

Año 2017 (parte 2)

La mañana empezó a la una de la tarde. Después de una agotadora e intensa noche, se despertaron con las pilas recargadas. A Jimin le costó más levantarse, pero Jungkook lo colmó de besos y lo sacó de la cama alzando su cuerpo rumbo al baño. El día fue espectacular, caminaron, fueron a tiendas, comieron comida típica de Japón,... Jimin aprovechaba cada segundo para mirar escaparates y tiendas mientras Jungkook le grababa. El joven maknae estaba detrás de la lente muriéndose de los nervios. Cada hora que pasaba significada estar un paso más cerca de esa confirmación.

Iban rumbo a una de las sorpresas del chico. Jimin y Jungkook estaban en los asientos traseros de un taxi. JK grababa el espejo retrovisor y Jimin le grababa a él con su móvil. Al rubio se le escapó una sonrisita tonta. No era consciente de cómo lo miraba, pero Hobi le había dicho muchas veces que se le notaba el amor en los ojos. Jungkook le derretía de todas las maneras posibles.

-Jungkookie... -Jimin empezó a reír de la nada.

El maknae bajó la cámara y le miró. El moreno tenía esa sonrisa nerviosa que se dibujaba en su cara cuando algo no iba bien.

-¿Pasa algo? -preguntó JK alterado.

-Eso me pregunto yo, ¿estás bien? Te noto nervioso.

Jimin pasó su mano por la nuca del joven intentando calmarle.

-No... Todo bien...

Jimin se acercó un poco al cuerpo del moreno. Debido al cinturón de seguridad no podía cruzar la línea, aunque tampoco debía, el conductor les podía ver, y ese hombre no había firmado un contrato de confidencialidad.

-¿Me vas a decir a dónde me llevas? -susurró Jimin en su oreja.

Los pelos del cuello de Jungkook se erizaron de forma muy visible. No le podía ni mirar, si lo hacía estaría tentado a robarle uno y mil besos.

-Ya lo verás -respondió juguetón volviendo a subir la cámara para grabar el exterior.

Jimin miró hacia al conductor, este estaba muy enfocado en la carretera. El rubio volvió a su posición, pero paseó su mano por el muslo de Jungkook. Cada vez subía más, la deslizaba lentamente hasta llegar a su ingle, donde podía rozar a la bestia que empezando a despertar. Jungkook bajó la cámara de inmediato, cogió la mano de Jimin y la apartó suavemente. No era el sitio idóneo. Jimin hizo pucheros y miró hacia otro lado. Sin embargo, pronto la expresión de su cara cambió por completo al comprobar dónde estaban. Era disneyland, ¡disneyland! Había dicho mil veces que se moría por ir.

-¡Disneyland!

Jimin miró a Jungkook con su mejor sonrisa. Parecía que se le iban a salir los ojos.

-Sí, además, como es Halloween, tienen una atracción super chula de The Nightmare before Christmas.

El rubio lo miraba queriéndoselo comer. Jungkook era tan adorable, había preparado todo el viaje para él, atento a cada detalle. Era demasiado dulce para una persona que siempre había preferido lo salado. Pero por ese joven moreno, Jimin había vuelto a comer galletas...

-Kookie... No sé qué decir...

-Son cinco mil yenes -interrumpió el conductor.

-Sí, perdón... -dijo JK.

Jungkook sacó el dinero y Jimin aprovechó para salir y quedarse embobado mirando la puerta. Cuando, por fin, partió el taxi, el maknae se puso a su lado.

-¿Te gusta la idea? -repasó con la mirada a Jimin mientras lo decía.

-¿Estás de broma? Es que... Yo... No sé qué decir -tartamudeaba el rubio.