Siempre se ha dicho que Jimin y Jungkook ya se conocían desde antes de Bighit. Es muy probable porque son de la misma ciudad y el hermano de JK tiene la edad de Jimin. Esta fanfic habla de esos primeros años, antes del debut, en el debut y después d...
Jungkook estaba nervioso, no dejaba de mover sus pies de forma incontrolada mientras miraba las caras emocionadas de sus padres y hermano. Habían pasado once años desde la primera vez que vio a Jimin subiéndose a ese autobús que señaló el comienzo de sus vidas en común. Once años en donde su timidez había fluctuado hasta llegar a una seguridad aplastante que sabía que no era solo gracias a él, sino a la persona que tenía al lado. Jimin había sido muchas cosas en su vida, su primer flechazo, su primera erección, su primer beso, su primer polvo, su primer y único amor romántico. Y ahora estaba allí, en el altar, esperando a que apareciera, ante la atenta mirada de sus familias. Los miembros también estaban allí, todos sentados esperando por el novio ausente. Estaban guapísimo, aunque tampoco en exceso para no levantar sospechas si alguien los veía. Jungkook y Jimin llevaban preparando ese día mucho tiempo y por fin había llegado.
Estaban en las Vegas para los conciertos, por lo que era el momento perfecto para hacer la escapada. Alquilaron un salón precioso, lleno de flores blancas, amarillas y rosas. La decoración era en tonos beige y color tierra y habían contratado a una persona de un local de las Vegas para que oficiase el matrimonio. Eran felices, pero no vamos a engañarnos, les hubiera gustado más casarse en su país, al aire libre, con todos sus amigos y familiares. Sin embargo, no habían nacido en la época correcta, a lo mejor dentro de veinte años podría ser, pero no estaban dispuestos a esperar tanto. A efectos de sus familias y amigos ya estaban casados, hacían vida en común desde hacía tiempo, aunque intentaban no ser muy obvios, ni pasar excesivo tiempo juntos para no quemar la relación debido a que trabajaban y vivían juntos, pero por el momento les estaba yendo bien.
Se podía decir que Jimin y Jungkook estaban más nerviosos que hacía unos días en los Grammys, esperando si se llevaban el galardón o no. Era una sensación parecida a cuando estaban a punto de subirse a un escenario, ese vértigo inicial que desaparece cuando comienzan a cantar. Eso fue justo lo que le pasó a Jungkook hasta que vio aparecer a Jimin. El maknae iba con un traje de chaqueta negro clásico, con un esmoquin gris y una corbata ancha a juego. Su pelo estaba totalmente hacia detrás a excepción de unos pocos mechones que caían sobre su frente.
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En cambio, Jimin, que iba del brazo de su padre, estaba completamente de blanco. También con un traje de chaqueta, pero con la peculiaridad de que detrás de la chaqueta caía una cola como de un vestido de novia.
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