Falling for U #3: Love's Just a Feeling [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]

4. Fallar

Las clases del día habían concluido y, a medida que sus pasos lo acercaban más a la sala de reuniones, Satoru comenzaba a sentirse mucho más nervioso. El consejo estudiantil estaba conformado por cinco alumnos, de los cuales, tres lo odiaban. «Puedes hacerlo, Satoru», se dijo a sí mismo, acto seguido entró al salón. Fue recibido por el director, a quien le pareció divertido señalar que estaba llegando a tiempo. Satoru se limitó a asentir con la cabeza y luego caminó hasta uno de los lugares que sabía que nadie iba a ocupar.

A pesar de que Utahime intentó ser discreta, Satoru la escuchó preguntarle a Yuki, porque él estaba ahí, a lo que Yuki negó con la cabeza. Hubo un silencio incómodo, mientras todos se sentaban en sus respectivos lugares. A Satoru le pareció curioso que Manami hubiera dejado un lugar vacío entre ella y Geto, pero, como si lo hubiera invocado, el alumno faltante apareció, haciendo que Satoru se preguntara porque la vida lo odiaba tanto.

El director se marchó de la reunión en cuanto les explicó a todos porque Satoru estaba en la reunión, no sin antes advertirles (aunque Satoru sintió que se lo decía solo a él) que se comportaran. También le deseo suerte, pero se sintió tan fuera de lugar Satoru habría preferido ser maldecido. Geto comenzó la reunión, Satoru sacó su celular para escribirle a Kento mientras esperaba su turno para hablar.

—Bueno, creo que es todo por hoy —dijo Geto luego de casi dos horas.

Satoru no estaba sorprendido de que él hubiera decidido ignorar que seguía ahí, pero no por eso estaba menos ofendido.

—Aún no escuchamos a Satoru —dijo Choso, aún sin moverse de su lugar.

Mei, Utahime y Minami, que ya habían recogido sus cosas y estaban listas para irse, miraron a Choso y luego a Satoru antes de sentarse de nuevo en sus sitios.

—Estaba tan callado, que me olvidé de que estaba aquí —bromeó Geto y todos, excepto Choso, se rieron.

—Estuviste viéndome todo el tiempo Suguru —dijo Satoru mientras se levantaba—. Pero no te preocupes, será nuestro secreto —añadió guiñando un ojo.

Geto lo miró con mala cara, mientras que las chicas se esforzaron por no reír. En silencio, Satoru distribuyó unas hojas que contenían toda la información y luego encendió el proyector.

—Como le dije al director Yaga —comenzó a decir—. Tenemos un problema de imagen pública que resolver y aunque su idea de una gala benéfica es...

—Estúpida —propuso Yuki.

—Estúpida y un gasto innecesario —añadió Choso.

Mei y Geto los miraron mal.

—Exacto —Satoru sonrió y cambió la diapositiva a una que contenía algunos gráficos—. El director Yaga me permitió revisar los números de la escuela. Si todo el dinero que se gasta en viajes extraescolares, lujosas galas de beneficencia y el festival escolar al que nadie viene nunca, lo redirigiremos a un programa de becas para alumnos de...

—Olvidalo Satoru —interrumpió Geto levantándose las hojas antes de arrojarlas a la basura—. Lo que tú quieres, es que la escuela, que nuestros padres, paguen para que tu estúpido novio pobre venga a estudiar a Tokio.

—No voy a dejar que lo ofendas solo porque te crees mejor que todo el mundo, Geto —dijo Satoru dejando el control del proyector en la mesa antes de cometer el error de arrojárselo a la cabeza—. Y él no tiene nada que ver en esto.

—Entonces, por favor, cuéntame cómo se te ocurrió esto.

—Conocí a un chico en Hokkaido, tenía algunos problemas familiares que lo obligaban a trabajar toda la noche, incluso los fines de semana trabajaba todos el día —Satoru no se atrevió a mirar a Choso, sospechaba que el padre de Suguru había inventado una historia para él y no quería acabar afectándole si decía la verdad—. Aún era el mejor promedio de toda la escuela. Me impresionó, así que quería ayudarlo.