12. A mi

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La mañana del sábado Satoru fue despertado por los maullidos de Gege que demandaban su atención. Sin mucho ánimo, salió de la cama, arrastrando los pies descalzos por el frío piso. Gege, subido sobre la encimera de la cocina, lo miró impaciente con su único ojo, Satoru le sonrió y el gato, que normalmente le gruñía, se dejó acariciar. Satoru aprovechó que su mascota estaba de buen humor para tomar algunas fotografías que postearía después en su instragram.

—Que bueno que estas despierto Satoru —dijo su padre entrando a la cocina para servirse café—. Iremos a ver a la familia. Prepara tus cosas para lo que queda del fin de semana.

Satoru quiso replicar, decir que esa mujer con la que estaba saliendo no era su familia, pero sabía que esa no era una buena idea, así que se tragó su comentario y en cambio dijo:

—No tengo con quien dejar a mi gato.

—Llevalo, o arreglate con Nitta.

Satoru asintió con la cabeza y salió de la cocina, Gege dejó su comida de lado y lo siguió, Satoru se preguntó si era porque su padre le desagradaba, o si acaso sería una muestra de solidaridad.

Cerca de media hora después partieron rumbo al aeropuerto, Sstoru que esperaba que el viaje fuera terriblemente aburrido, tomó uno de los libros que había arrumbado en uno de sus estantes hacía mucho tiempo, en un intento desesperado de tener algo con lo que fingir estar ocupado. Eran cerca de las once cuando el vuelo aterrizó en Hokkaido, mientras se hacía una selfie, Satoru no pudo evitar pensar que se sentía como si estuviera volviendo a casa. Su padre no tardó en recoger su equipaje y junto a Juzo abordaron un automóvil rentado para la ocasión.

—Pensé que estábamos yendo al Resort —dijo Satoru volteando a ver a su padre cuando se dio cuenta de que el chófer tomó otro camino.

—Estamos yendo a Akaigawa a recoger a Toru-san y su esposa —respondió Juzo usando el retrovisor para lanzarle una mirada de advertencia.

—También debo hablar con los Haibara —añadió el sr. Gojo—. Y por supuesto, invitar a Nanami-kun y su madre a la fiesta de mañana.

—¿Le pedirás matrimonio a Hana-san?

—Así es, Satoru —el hombre miró a su hijo con seriedad—. ¿Tienes algo que decir?

—Solo que debiste decirme antes para qué empacara un traje adecuado.

—No te preocupes por eso, te prestaré mi tarjeta más tarde para que compres un traje adecuado para ti y para nuestros invitados.

Satoru quiso decir que ninguno de los invitados apreciaría esa burla camuflada de obsequios, pero una vez más se contuvo.

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—¿Qué te tiene tan enfadado? —preguntó Kento una vez que ambos se encontraron a solas.

El señor Gojo se había ido apenas cinco minutos atrás, con la promesa de recogerlos a todos dentro de una hora. La señora Kazumi había corrido escaleras arriba para buscar su mejor vestido y Satoru no había tenido el corazón para decirle que no se preocupara por eso, en cambio, siguió a Kengo hasta su habitación con la excusa de ayudarle a empacar.

—Mi padre es un idiota, sólo eso —musitó sentandose sobre la cama.

Kento, calmado como siempre, se sentó a su lado y le tomó la mano. Satoru observó como le acariciaba suavemente el dorso con el pulgar, antes de besarle los nudillos; sintió el calor subiendo por sus mejillas, cuando levantó la mirada sus ojos se encontraron con los de su novio. Satoru no pudo contener su sonrisa, ni tampoco su emoción, sin dudarlo, se inclinó hacia el espacio del otro y presionó sus labios contra los de su novio.

—¿Por qué te estás riendo? —preguntó Satoru cuando Kento no lo beso de vuelta.

—Me estuve preguntando cuánto tiempo más tardarías en saltarme encima.

Satoru abrió la boca para responder, pero terminó riéndose también.

—¿Gané algo? —preguntó.

—A mí —respondió Kento mientras le pasaba los dedos por el cabello, alejando el flequillo que le caía por la frente, antes de continuar su camino hasta su nuca.

Satoru se inclinó una vez hacia su novio, que esta vez le devolvió el beso sin hacerlo esperar. Sus manos se deslizaron sobre su cintura, buscando atraerlo un poco más contra su cuerpo, provocando que Kento se quejara porque le resultaba incómodo tener el brazo aplastado entre sus cuerpos, lo que les obligó a separarse un momento para buscar otra forma de estar más cerca sin sentirse incómodos, sin embargo, la madre de Kento apareció preguntando sobre su vestido antes de que pudieran volver a poner las manos encima del otro.

Falling for U #3: Love's Just a Feeling [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora