Satoru estaba a punto de quedarse dormido una vez más, cuando la notificación que indicaba que el repartidor ya se encontraba en el lobby lo reanimó. Tras confirmar con un mensaje que ya estaba bajando a recibir su paquete, se giró en la cama para asegurarse de que Kento seguía dormido, antes de intentar liberarse del brazo que le rodeaba la cintura; con el primer intento, sólo consiguió que Kento apretara su agarre, Satoru lo encontró encantador y en cualquier otro momento habría sido suficiente para que eligiera acurrucarse a su lado y disfrutar de la calidez de su abrazo, pero ese no era una mañana para eso. Con el segundo intento, logró escapar del brazo de Kento sin despertarlo, pensó en ponerse zapatos pero finalmente solo se calzó con unos calcetines y tomó uno de los sacos que habían quedado por ahí en la habitación.
—¿A dónde vas? —preguntó Kuroi-san, desde el sofá en donde había pasado la noche, porque, por supuesto, no iban a dejar que se quedara a solas con Kento toda la noche, a pesar de que Kazumi estaba en la habitación contigua.
—Hice un pedido y el repartidor me espera en el lobby.
—Si tardas más de 10 minutos haré un escándalo —le advirtió la mujer.
Satoru asintió y se apresuró a salir. En el lobby, el repartidor fue realmente amable, a pesar de que su pedido urgente había entrado fuera del horario de trabajo. Lo bueno de que sus padres se estuvieran reconciliado y estuvieran camino a un viaje a quién sabe cuántos países por un número indefinido de días, es que le había devuelto el acceso a todas sus tarjetas, para compensar su ausencia, por lo que Satoru no dudo en dar una propina generosa, tanto al repartidor, como a la recepcionista, a quién le pidió que enviara las flores que acababan de entregarle, junto con un desayuno completo antes de las ocho de la mañana. Cuando volvió a la habitación, Kuroi-san, ya estaba de vuelta en su traje y sus tacones altos, lista para otro día de trabajo
—¿Qué ordenaste?
—Chocolates.
—Satoru...
—Joyería —admitió—. Es el White Day, quería darle algo lindo a Kento.
Kuroi-san dirigió su mirada hacia el muchacho que seguía durmiendo.
—No parece el tipo de chico al que le guste la joyería.
—Supongo que lo averiguaré —Satoru se encogió de hombros—. ¿Sería posible volver a Tokio por la noche? Me gustaría pasar el día con Kento.
—Si la sra. Kazumi está de acuerdo, entonces no hay problema —asintió—. Juzo y yo tenemos trabajo que hacer, pero enviaré a Jin para vigilarlos.
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La facilidad con la que Satoru conseguía encantar a la gente para obtener lo que quería, nunca dejaba de sorprender a Kento. Al comienzo del día había conseguido convencer a su madre para que lo dejara quedarse hasta la noche, con la promesa de que uno de sus choferes lo llevaría hasta su casa, y sin embargo, tan sólo un par de horas más tarde, consiguió que Jin los dejará solos el tiempo suficiente para que pudieran escaparse.
La primera parada de su cita sin vigilancia, fue el parque Shiroi Koibito, dónde Satoru consiguió que el staff los dejaran unirse al grupo que daría un tour por la fábrica de galletas. Al principio, no estaba seguro de porqué había elegido ese lugar, sin embargo, cuando el recorrido terminó, y dividieron al grupo según el taller de cocina que habían elegido, Kento comprendió porqué estaban ahí. Satoru eligió primero el taller de galletas, en donde guiados y aconsejados a cada paso por un chef experto, podrían aprender a hacer las famosas galletas de mantequilla con chocolate blanco. Animados por el fanfarroneo de Satoru, sobre lo bueno que Kento era horneando, el staff organizó un pequeño concurso, en el que el ganador se llevaría un para de cajas de las galletas gratis y algunos cupones de descuento para las siguientes visitas. A pesar de que Kento fingió no estar de acuerdo con la actitud de su novio, estaba feliz de poder hacer algo para regalarle a Satoru por el White Day, y por ello, se esforzó en cumplir con sus expectativas. Después del taller de cocina, tomaron el taller de cata de chocolate, que, a diferencia del primer taller, ambos disfrutaron bastante, aunque terminaron hambrientos.
La siguiente parada fue, para sorpresa de Kento, un McDonald's, cuando le preguntó a Satoru porque había elegido eso (aunque no se estaba quejando), él solo respondió que quería los coleccionables de Pikachu que venían con el happy meal, de algún modo, eso fue la cosa más linda que le había escuchado decir, por lo que terminaron comprando varios combos a fin de tener todos los juguetes disponibles.
El último lugar al que fueron fue al Monte Miwa. Kento había escuchado que la vista era preciosa en la cima, pero no estaba seguro de que subir el sendero durante el invierno fuera la mejor idea, sin embargo y aunque Satoru estaba empeñado en subir a pie, les impidieron el paso por no usar los zapatos adecuados y terminaron usando el teleférico.
—Podemos volver durante el verano, Sato —propuso Kento tomando la mano de su novio para calmarlo, Satoru resopló en señal de molestia, pero, terminó sonriendo.
—Estaba guardando lo mejor para el final, solo tú y yo, en el bosque —se quejó—. Sonaba bastante romántico.
—Esto también lo es, amor —aseguró Kento antes de besarlo suavemente. Satoru suspiró contra sus labios, dejando que el mal humor fuera reemplazados por el sentimiento cálido de estar enamorado y ser correspondido.
Satoru recuperó su buen humor en cuanto llegaron al mirador. La vista, tal como decían la gente, era preciosa, Satoru no tardó ni un minuto en comenzar a sacar fotografías. Sin embargo, lo que llamó la atención de Kento, fue la campana y el pasamanos en dónde se aglomeraban algunas parejas.
—Dicen que si tocas la campana mientras miras la vista serás feliz —Satoru le sonrió mientras se sujetaba a su brazo—. Y los candados significan que estarán juntos para siempre.
—¿Tienes un candado? —preguntó Kento entusiasmado con la idea.
Satoru sonrió —: Pedí uno mientras dormías —dijo mientras sacaba el objeto del bolsillo interior de su abrigo.
Emocionados, esperaron su turno para tocar la campana y colocar su candado, Satoru le pidió ayuda a un par de chicas para que tomaran algunas fotos y videos, ya que quería tenerlo todo documentado para no olvidarse de nada.
📍🗾📍
—Fue la cita más hermosa que he tenido, Sato —dijo Kento recargando la cabeza sobre el hombro de su novio mientras miraban el atardecer desde el mirador.
—Tengo una última cosa para ti —dijo Satoru—. No estaba seguro de que fueras aceptar algo para ti solo, así que hice algo trampa y compré un set para los dos —añadió mientras sacaba del bolsillo de su abrigo un par de collares magnéticos con un dije de la mitad de un corazón cada uno—. Sé que es un poco tonto, pero me parecieron lindos.
—No es tonto, Sato —dijo Kento, mientras tomaba el dije de color blanco—. Me parecen lindos también. Ojalá hubiera comprado un regalo para ti.
—Guarda tus ideas para nuestra próxima cita —Satoru le guiñó un ojo. Kento asintió con la cabeza antes de acercarse para besarlo.
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El título de este capítulo lo tome de la canción Passion de GARNiDELiA, por dos motivos, el primero es que la considero una de las canciones Nanago por excelencia. Ysegundo, el coro menciona una campana, que ahora interpretó como esta "campana de la felicidad" en la cima del monte Moiwa...
Les dejo aquí el coro, que creo que es la parte que más refleja Nanago y especialmente, la manera de amar de Gojo (no solo en este fic, si no en general)
"Es imposible controlar esta pasión
Mi calor se graba igual que una maldición.
No importa a donde vayas
No te escaparás de mi.
La campana de aviso resuena fuertemente.
Por favor hazme sentir un amor aterrador,
Para siempre, sin importar que,
No me alejare de ti."
Aqui les dejó el video, tiene subtitulos al español si se los activan :3, gracias por leer.
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Falling for U #3: Love's Just a Feeling [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]
FanfictionGojo Satoru siempre obtiene lo que quiere y Kento no fue la excepción. Sin embargo, aún tiene que lograr que este lo ame de verdad y demostrarle que es su mejor opción... Satoru confía en su encanto, pero las cosas nunca resultan como quiere y ahor...