14. Dejarse llevar

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La fiesta de compromiso además de ser un derroche de dinero que intentaba compensar las carencias afectivas de un montón de adultos de forma ineficaz, también tan elegante como terriblemente aburrida, no obstante, aunque tener que acompañar a Satoru a saludar a cada persona en el salón fue un calvario, Kento en realidad, lo estaba pasando bastante bien, aunque lo más importante era que Satoru estaba realmente de buen humor, a pesar de que, por la mañana, había estado parloteando sobre lo mucho que detestaba que su padre, que además de que iba a casarse de nuevo y había invitado a la familia de Suguru a la fiesta de compromiso, como si estuviera intentando molestarlo a propósito.

A medida que las horas pasaban, los adultos de su alrededor comenzaron a dejar de prestarles atención a los más jóvenes, lo que se convirtió en una oportunidad para que estos poco a poco se escaparan, Kento había visto a Suguru desaparecer por ahí con una chica muy guapa, mientras que Choso se había llevado a sus hermanos a dormir pero todavía no regresaba y probablemente no lo haría, pero, a quién no encontraba era a su novio, que hacía un buen rato se había desaparecido sin decirle nada. Pensando en que esperaría un poco más antes de irse a su habitación, Kento tomó un canapé de la mesa de aperitivos y cuando volteo hacia la puerta de salida, vio a Suguru llevando a Satoru de la mano hasta él.

—¿Qué pasó? —preguntó Kento ligeramente confundido cuando notó a Satoru algo desalineado.

—La fotofobia —explicó Suguru con un suspiro—. Bebió para calmar el dolor de cabeza, pero es un peso ligero.

Ambos voltearon a ver a Satoru que ahora estaba entretenido comiendo un pedazo de pastel que había cogido al pasar junto a la mesa de postres. Suguru negó con la cabeza antes de irse, por su parte, Kento se acercó hasta Satoru y puso una mano sobre su espalda para reconfortarlo.

—¿Estás bien, Sato?

—Estoy genial —respondió con una sonrisa—. Sólo que no quería que me vieras hasta que se me bajara, pero Choso me vio y bueno llamó a Suguru, que me trajo hasta ti —añadió tirando suavemente de la corbata de Kento en un coqueteo descuidado y muy evidente.

—Sato... —dijo en un tono de advertencia, mientras su novio le rodeaba el cuello con sus brazos.

—Te ves muy guapo con este traje, ¿ya te lo había dicho? —susurro a su oído.

—Lo hiciste. —Kento tragó saliva cuando Satoru lo beso en el cuello—. Al menos unas diez veces.

—Y todas fueron verdad.

Kento miró la sonrisa de su novio, por unos segundos, antes de rendirse, deslizar su único brazo bueno por la cintura de Satoru para mantenerlo cerca y besarlo. En respuesta, Satoru tarareo contra sus labios, complacido, antes de devolverle el beso.

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La puerta se cerró detrás de ellos con un estruendo que tomó por sorpresa a Kento, quién echó un vistazo sobre el hombro de su novio en un pobre intento de asegurarse de que nadie iba a entrar a arruinarles la fiesta.

Satoru, demandante como siempre lo hizo girar la cara nuevamente para besarlo, al mismo tiempo que le puso las manos sobre los hombros. Sin oponer resistencia, Kento se dejó empujar por la impaciencia de su novio. Se sentía ligeramente mareado y atontado, como si fuera él quien había bebido; sin embargo, lo único que realmente le importaba en ese momento eran los labios de Satoru, tan dulces y suaves que eran casi adictivos y sus manos cálidas que serpenteaban por su cuerpo intentando colarse bajo la ropa, que lo desconcentraban a tal punto de que no estaba a seguro de si quería detenerlo o animarlo a perder el control.

Satoru dio un mal paso, que hizo a Kento perder el equilibrio y ambos acabaron cayendo al suelo, siendo la alfombra de la habitación lo único que amortiguo el impacto. Les tomó sólo un par de segundos que había pasado, entonces, Satoru (que estaba prácticamente encima de Kento) se echó a reír, provocando que el otro también lo hiciera

—Lo siento, ¿estás bien? —preguntó Satoru moviéndose con cuidado para hacerse a un lado.

—Sip —respondió con un suspiro, y se cubrió los ojos con el brazo en un intento de recuperar la compostura.

Satoru se puso de pie y encendió la lámpara de la mesita de noche, antes de ayudar a Kento a levantarse también. Cuando estuvieron frente a frente, se miraron por unos segundos, las mejillas rojas delataron la vergüenza y la repentina timidez al ser conscientes de lo que estaban a punto de hacer.

—Yo... uhm... —Satoru balbuceo—. Siento si me sobrepase, me deje llevar y...

—No lo hiciste —afirmó Kento desviando la mirada—. Se sentía bien, pero... no lo sé, no creo que sea un buen momento, deberíamos tomarlo con más calma —añadió Kento acomodando el cabello de su novio con sus dedos.

Satoru asintió con la cabeza, entendiendo a lo que se refería y Kento se acercó para dejar un beso sobre su mejilla.

—Deberíamos bajar de nuevo —propuso Satoru.

—Oh no, no saldrás de esta habitación hasta nuevo aviso —dijo Kuroi-san entrando por la puerta de la habitación contigua—. Tus padres se escaparon juntos a Tokio para casarse de nuevo, y la ex de tu padre está hecha una furia, agarró a Geto pensando que aún era tu novio y lo abofeteó, cuando la madrastra de él se dio cuenta inició una pelea.

Cuando Kuroi terminó de hablar, hubo unos segundos de silencio, antes de que Satoru mirara a su novio y lo tomará de los hombros para sacudirlo.

—Ken-chan ¿escuchaste lo mismo que yo? —cuestionó.

—Si escuchaste que tus padres se van a casar de nuevo y que la madre de Choso se peleó con la que sería tu madrastra... —Kento repitió intentando no reírse—. Entonces si, amor, escuché lo mismo que tú.

Satoru no estaba seguro de si debía reírse o temer lo peor.

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Quería que fuera un capítulo algo picante, pero también divertido, so los padres de Satoru son graciosos cuando quieren. Se supone que hoy tocaba el capítulo de una cita por el White Day, pero aun no terminaba con la fiesta, so lo dejaré para mañana, muchas gracias por leer <3

Falling for U #3: Love's Just a Feeling [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora