Summary: Durante años, Adrian ha ansiado un lugar al cual llamar hogar, sin saber que lo que había estado buscando estaba justo enfrente.
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PROHIBIDA TODA COPIA TOTAL, PARCIAL O ADAPTACIÓN A...
Disclaimer: Si fueran míos, esto no sería escrito, sería vídeo :v
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Adecuarse a una vida sin Adrian fue mucho más difícil de lo que Marinette había anticipado y viceversa.
En el caso de Marinette, ya no tenía más alguien en quien apoyarse. Con Hugo caminando, corriendo y en los primeros estadíos del habla, Marinette bien podría hacer uso de toda la ayuda que pudiera conseguir.
Cosas simples como poner la mesa o ir de compras se había vuelto un recordatorio constante de cómo se había acostumbrado a Adrian. Hacía más comida y ponía un plato extra, olvidando que Adrian ya no estaba más con ellos. Solía decir 'buenas noches' desde su habitación, pero ya no recibía la animada respuesta.
Hugo se había vuelto más dependiente de ella, así como también más gruñón.
Los juguetes que una vez fueron sus favoritos ya no eran tocados porque solo eran divertidos si su dadda estaba ahí para jugar con él. La ventana que daba a la casa de Adrian, se había vuelto su nuevo lugar favorito.
Marinette lo encontraba mirando, siempre esperando ver al Tall Man, pero siempre resultando en decepción.
Cada vez que Marinette trataba de ir a visitar, Adrian nunca estaba ahí o si estaba, iba de camino al trabajo.
Adrian había estado – adrede – evitando estar en su casa, evitando la sensación de soledad que tenía en su propia casa. Se disculpaba cada vez que pasaba, sabiendo bien cuánto era que Marinette y su hijo lo extrañaban porque la verdad era que él también los había extrañado el doble.
Se distraía con el trabajo o con más proyectos, cualquier cosa que le hiciera no pensar en construir castillos de arena en el parque con Hugo, o lo mucho que extrañaba hablar con alguien que lo entendiera de la forma en la que Marinette lo hacía.
Este era su método para soportar y prepararse para lo peor: el juicio.
Si Claude ganaba, ya podía despedirse de Marinette y su hijo, o si tenía suerte, solo los vería en vacaciones y fines de semana.
Por ello, lo mejor era distanciarse ahora; mientras menos tiempo pase con ellos, menos recuerdos tendría; mientras menos recuerdos tuviera, menos dolor sentiría después.
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Pero un día, milagrosamente, Adrian había ido a su puerta con un pote de helado, tanto Hugo como Marinette habían estado sorprendidos por su visita. El bebé en particular estaba ansioso por presumirle su vocabulario y sus nuevas habilidades físicas, así como también sus nuevos juguetes y aquellos con los que había estado esperando a su dadda para que jugaran.
Los tres regresaron a su vieja rutina, Adrian incluso se quedó para cenar gracias a la persuasión de los Dupain-Cheng, y luego también por algo de helado en el porche. Usó su tiempo para disculparse por desaparecer así desde que regresó a su casa, y explicó lo que hizo.
—Lamento no haber cumplido mi promesa el trabajo ha estado caótico y solo pensé que estaría haciéndoles un favor a ustedes al no venir tan seguido. Solo han sido unas cuantas semanas, pero siento que ha sido toda una vida desde que los vi. Te extrañé.
Marinette asintió entendiendo, y palmeó su rodilla.
—Estás aquí ahora, eso es todo lo que importa. Nosotros también te extrañamos. Aun trato de adaptarme a que no estés aquí.— Admitió en silencio haciendo que Adrian suspirara.
—Yo también. No es lo mismo, ¿verdad?
—A veces considero solo mudarme contigo cuando pienso en que tendré que encontrar un nuevo lugar. ¿No es eso aterrador?
—Nada de eso.— Adrian le dijo y Marinette rio tomándolo como sarcasmo. Si tan solo supiera... —¿Cuándo es el gran día?
—¿La Tercera Guerra Mundial? En unos días, ¿por?
—Huh, te ves muy calmada considerando lo mucho que no quieres estar ahí.
—He aceptado mi destino, Adrian. No hay mucho que pueda hacer. He hablado con cada abogado, reunido todos los documentos que pude, incluso testigos; lo he hecho todo. Voy a tener que confiar en mi suerte esta vez.
—¿Quieres que vaya contigo? Ya sabes, apoyo moral y solo para asegurarme que no termines matando a Claude. —dijo, y Marinette no fue capaz de evitar reír porque si la última visita de Claude le había enseñado algo, era que Marinette era bastante capaz de lidiar con él si la provocaba lo suficiente.
—De hecho, me encantaría.
—Entonces es una cita.— El mayor sonrió y Marinette rio. Había extrañado su sonrisa.
—Sí, es una cita.
Continuará...
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Estamos a nada de terminar!!!
Que emoción!!!
Besitos de murciélago para todos~ 🥰😍💋🖤🦇❤🫀☠️🙏🏻💜💕🤘🏻✨😈🌹🦋💀😎
