Seamos como la luna y el sol [Borrador]

Capítulo XI

Tyra.

Estábamos los tres en la parte de atrás de la cabaña. Steph iba a grabar, estaba muy nerviosa, cuando Nicolás me vio, dijo perfetta, era la primera vez que lo escuchaba hablar en italiano y fue lo mejor que pude escuchar.

Respire y me calme, era hora de grabar, debíamos hacerlo a la primera, porque luego iba a amanecer por completo. Él comenzó a caminar hacia donde yo estaba, luego cuando estuvo cerca comencé a hablar.

— No podía dormir.

— Yo tampoco. Mi tía...

— Sí. Estuvo aquí.

— ¿Cómo puedo compensar tal comportamiento?

— Después de lo que ha hecho por Lydia y sospecho que también por Jane, yo soy la que debe compensarlo.

— Seguramente sabrá que fue por usted — hizo una pausa y nos miramos fijamente, mi corazón comenzó a latir con frenesí — es demasiado generosa para jugar conmigo, sé que hablo con mi tía anoche y eso me dio la esperanza que escasamente me había permitido tener antes.

Dios, si no fuera actuación, creería que te lo está diciendo a ti, suena tan sincero, me enamoro más de él.

Yo también me lo estoy creyendo y no sé por qué me siento ansiosa.

— Si sus sentimientos son los mismos que en abril, dígalo de una vez — hizo una pequeña pausa — mis afectos y deseos no han cambiado. Pero una palabra suya me silenciará para siempre.

Lo mire y esboce una pequeña sonrisa, no porque en el guion lo decía, sino porque se veía tan lindo diciendo eso.

— Si sus sentimientos hubiesen cambiado – dio un paso hacia mí y continúo hablando – tendría que decirle, que me ha hechizado en cuerpo y alma y la amo... la amo... la amo — Dios, mi corazón comenzó a latir aún más desesperadamente cuando dijo "la amo" — no quiero estar sin usted otro día.

Nos quedamos viendo por unos minutos que parecieron segundos, di dos pasos hacia él, lo cogí de la mano, yo estaba helada, hacía mucho frío y estaba nerviosa, él lo noto y me apretó la mano. Eso se sintió tan bien.

— Bien, entonces — y le di un corto beso en la mano — sus manos están frías — él asintió y se acercó a mí, más y más hasta que nuestras frentes quedaron unidas, ambos cerramos nuestros ojos. Nos mantuvimos así por un tiempo. Hasta que Steph grito.

— ¡Corte! — yo abrí los ojos y vi que él me estaba mirando, lentamente solté su mano, pero él no me lo permitió — chicos, eso quedo hermoso, voy a ver como quedo y les digo.

Nosotros nos seguíamos viendo fijamente, con el amanecer a un lado. Su mano le brindaba calidez a mi mano, comencé a temblar y él apretó aún más mi mano. ¿Me gustaba Nicolás? Era algo de lo que aún no tenía la respuesta exacta, tal vez si la tenía, pero el miedo de volverme a enamorar y sufrir me podía más.

Luego de un rato, él se quitó su chaqueta y me la puso. Se puso a caminar hacia donde se encontraba Steph, aun cogiéndome la mano.

— Chicos quedo perfecta, su actuación fue muy sincera y realista.

Sentí algo extraño, me sentí extraña al tener mi mano así con la de Nicolás, así que me zafe de su agarre y mire para otro lado

— Bueno, hemos terminado aquí – dijo feliz Steph.

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