Capítulo XVIII

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Tyra.

— Yo te llevo.

— Es la fiesta de tu padre, Nicolás, debe de quedarte, ya pedí un taxi.

— Entonces, le diré a William...

— William está con la señorita White y se veían felices, no les dañes la noche.

— Entonces, no te vayas, puedes quedarte en la habitación de huéspedes — dijo — o en la mía.

— Nick, ya debo de irme, mi abuela llegó, no la he visto desde la muerte de mi abuelo.

— Está bien, dame tu celular — saque mi celular y se lo entregue.

Mi mamá me llamo para avisarme que la abuela estaba en la casa, vino de sorpresa, tenía tantas ganas de abrazarla, no le veía desde hace mucho tiempo, exactamente desde el funeral del abuelo, ella se fue de viaje para seguir cumpliendo los sueños que siempre planearon.

— Ten — me devolvió el celular.

— ¿Qué hiciste?

— Me envié tu ubicación actual, aparte me llame a mí mismo, no vayas a cerrar la llamada hasta que no escuche a tu mamá.

Me gusta como ese que aparenta ser pedazo de hielo se preocupa por ti.

Pero si él es tan lindo.

— Está bien.

Comenzamos a bajar las escaleras y me despedí de la familia de Nicolás. Salimos y el taxi ya estaba allí esperándome.

— Bueno, sigue disfrutando tu noche.

— Ujummm — él no quería que me vaya, lo entendía.

— Cuídate — me acerqué y le di un corto beso.

—No, de eso nada — se acercó a mí y me beso desesperadamente.

Se separó y me dio una pequeña sonrisa. Me subí al taxi, cuando revise mi celular, en serio estaba en llamada con él, no dije nada, me prepare mentalmente para volver a ver a la abuela después de tanto tiempo.

Luego de unos minutos llegue. Me baje del taxi y me apresure a la puerta de la casa, estaba ansiosa. Toque el timbre y de inmediato Ar abrió la puerta.

— Está en la cocina.

Me quité los tacones y corrí, al llegar vi como estaba conversando con mis padres muy animadamente, estaba radiante, no lo pensé dos veces y me abalancé a abrazarla.

— ¡Abu!

— Mi duraznito, estás hermosa, te he extrañado tanto — duraznito, así me decía mi abuelo.

— Yo también — me separé de ella — estás radiante

— Viajar me ha asentado bien — me miro de pies a cabeza — ¿De dónde vienes, duraznito?

— De la celebración del aniversario de la empresa del papá de Nicolás.

— ¿Nicolás? Quiero conocer al muchacho que hizo que mi duraznito saliera.

— Ya lo harás abu, pero primero, cuéntame todo de tu viaje.

— Hola, mamá, ¿Cómo estás? — dramatizó mi mamá.

— Hola, papá, ¿Qué tal? — y mi papá también.

— Hola pa, hola ma — me acerqué a abrazarlos.

— Bueno, ya llego mi mamá a quitarnos el cariño de Ty — le dijo mi mamá a mi papá

— Sí, ya nos hizo a un lado.

Seamos como la luna y el sol [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora