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Eight

Hecho

Ni el hecho de haberlo llevado a comer hamburguesas cambio el animo de su sobrino querido, algo que en verdad no le agradaba, ya que aquello afirmaba que algo malo estaba pasando, y como su buen tío, debía ayudarlo en todo lo que pudiera.

Esa era la meta y la cumpliría a toda costa.

Pero antes de siquiera acercarse a la habitación que había mandado hacer en menos de una semana para su sobrino y equiparla de todo e incluso mas, el timbre sonó y con ello llevarse su primera oportunidad.

Yukimura estaba muy entretenido haciendo deberes, algo extraño en un chico de su edad, pero para Fubuki, aquello era lo mas responsable y adorable de ver con sus ojos de intenso azul sobre los ejercicios plasmados en las hojas con aquella fina y delicada caligrafía.

Fueron segundos de quedar con esa imagen en la cabeza al ir a abrir la puerta no sin antes cuestionar con voz grave quien era y revisar por el monitor para cerciorarse de quien es, bendita se la tecnología, si bien de niño más de una vez golpeo los testículos de los fulanos quienes querían pasarse de listo con él, pero no el, o sus hermanos eran ajenos a saber defenderse, y agradecía que su sobrino lo tuviera para cuidarle y protegerle.

A la vista, lograba verse a Goenji esperar impaciente fuera de la puerta, cruzado de brazos y con el ceño fruncido mas de lo normal. Rodo los ojos y abrió la puerta, dejando que el otro entrara, como siempre con toda la confianza del mundo y dejara caer el cuerpo sobre el sillón.

Suspiro y cerro la puerta para acercarse y quedar parado a unos pasos de este y esperar que hablará.

Ambos se conocieron en la universidad, donde llevaron una relación abierta y terminaron siendo buenos amigos y dar fin a coger.

—¿Acaso tú padre te a reñido de nuevo? ¿O te haz dado cuenta que tu hermana solo te explota? –Intento abrir un hilo de conversación.

—Sobre mi padre me da igual, y desde siempre se que mi hermana cree que me mira la cara de estúpido pero se todo lo que hace, no por nada le pago un detective que la vigile, a la idiota ya la ayudaron a salir de la cárcel mas de dos veces –atendió restándole importancia a todo ello.

—¿Te cogiste a una paciente?

—¡¿Qué acaso piensas que solo me la vivo cogiendo?! Recuerda quien te pasaba los deberes cuando no ibas a clases por tener el culo ardido.

—Entonces que demonios haces aquí.

—Estoy encaprichado...

Y no solo fue su amante, o actualmente su mejor amigo, sino también su buen confidente y en el cual podía confiar cualquier cosa.

Shirou tomo asiento a lado de este y verlo con atención frunciendo el ceño —¿Qué hiciste?