Inducción
—Deberías de... Hablar con él –miro a su madre, quien servía los almuerzos de los menores y el suyo —cariño, las cosas del amor no son fáciles, si lo fuera, no sería tan importante.
Le había contado a su madre días después en los que se calmo y analizo mejor las cosas lo que paso entre Masaki y él, lo que sintió al escuchar cada cosa que decía Masaki de su relación con sus padres y la frustración, la ira y el dolor de saber que Kariya no fue sincero con él.
Claro que a su madre tampoco le pareció muy bien las cosas, pero en los ojos de Masaki notaba el amor que este sentía hacía su hijo, y lo mismo con Hayato hacía Masaki.
—Mamá... No se sí... pueda verlo de la misma manera. ¿Y si al final solo esta jugando conmigo?
La mujer le miro con ternura y le sostuvo el rostro al terminar los almuerzos —Hayato ¿piensas en verdad, después de todo este tiempo y lo que han pasado, que Masaki sería capaz de estar jugando contigo?
Al ver como Masaki era llevado por la policía y entrar en uno de esos autos, su corazón se apretujo en dolor, las piernas se movieron con mayor rapidez y tenía la necesidad de tenerlo entre sus brazos alejado de todo mal.
Había escuchado algo sobre el padre del menor que estaba metido en un problema legal, y que sería procesado y llevado a la cárcel en lo que se daba una investigación para la pruebas en su defensa, o en todo caso, en su contra.
Por ello, la familia de igual modo era detenida hasta una investigación más profunda.
Las lágrimas surgieron en dolor e impotencia de no haber llegado a tiempo, de no estar con Masaki, de decirle que lo amaba y que no importaba su pasado, que lo ayudaría a salir adelante, y si ya no quería estar con él, lo aceptaría.