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Eighteen

Comedia

Se removió en aquella camilla, no supo cuando o como llegó ahí hasta que el golpe de la realidad lo trajo al momento en que esos ojos rojizos le miraron con enojo y lo último fue el puño en la cara.

Tomo asiento y se sostuvo el rostro con ambas manos. Era un estúpido.

—Por fin despertaste... –escucho tras de él a Hakuryuu quien había estado en el fondo del lugar —tendrás dolor durante algunas horas más pese al medicamento dado al fuerte golpe, tendrás que ir al medico a que te den unas puntadas. Mi padre esta hablando con el director...

No se acercó. Se mantuvo a una distancia considerable del hombre, el cual algo lento se puso en pie, queriendo acercarse al chico, pero este en defensa saco el gas pimienta que siempre portaba en su mochila.

—Haku...

—No. No hable, no diga nada.

—No seas infantil por favor... Sabes que yo...

—¡Nada! Y si. soy infantil, aun soy un niño que falta por crecer, que le falta vivir muchas cosas. ¡Oh! ¿Pero qué cree? ¡Usted ya se aseguro de hacerme aprender algo!

Estaban solos, y poco importaba si alguien pasaba, al menos a Hakuryuu, quien no sabía los problemas que podría traer, en ese momento solo quería liberarse de ese sentimiento, decirle todo lo que sentía y poder avanzar.

—No soy estúpido. Infantil si, pero no estúpido. Tuvimos sexo. Solo eso ¿No es así? ¿Qué más da? Así son los adultos, cogen con quienes quieran y luego, al estar satisfechos, se alejan, así son. ¿No es así?

—No, no es así, y déjame decirte que...

—¡Usted no me dice nada! –entonces, el padre del chico, aquel rubio de ojos rojizos entro al lugar seguido del director.

—Agente Akio... Quiero hablar con usted en mi oficina.

Ambos chicos quedaron cansados después de estar peleando a puño limpió. Raspones, moretones y rasguños acompañados de sangre y mugre se notaban en las áreas de piel expuestas, y la ropa que estaba manchada de la mismas.

Agitados, respiraban con dolor por el golpe al caer en el suelo y rodar sobre este. El cabello revuelto y como aquella tensión había disminuido dejo a los dos en un pequeño silencio de reflexión donde ambos veían las fallas de los sucesos por los cuales terminaron peleando.

—Perdón –Hiura fue el primero en hablar. Estaba molesto, enojado y frustrado. Si ¿Quién no lo estaría si la persona que te gusta se aleja cada vez más de ti? Le ganaron los celos, la envidia. Lo cegaron por completo y no sabía las cosas.

Tomo aire y se dio la vuelta para verlo mejor, ambos se habían estado dando la espalda, recargados el uno del otro como suelen hacerlo —disculparme por esto y por comportarme como un tonto. Estos días haz estado distancia... Más pegado a Tsurugi y eso me molesto, y se que eso esta mal por que ustedes son mis amigos... 

Pauso, y agradecía que Asuto no hablara, dejándole desahogar —Lo de Lalaya y lo mío no es... verdad, solo lo hicimos por que... Bueno...

—A ella le gusta Tsurugi.

Aquello le tomó por sorpresa, pero asintió —le ayude con ello, pero parece que... El punto aquí es que...

Las manos de Asuto le sostuvieron el rostro, sin importa la suciedad en ellas, para Hiura en ese momento de soltura le parecieron cómodas y cálidas —acepto tus disculpas, y quiero que aceptes las mías. Me disculpo por hacerte pensar cosas que no. Eres mi mejor amigo, y lo serás siempre, prometo que no volverá a pasar, te prestaré la debida atención.

El corazón dolió. Claro, su mejor amigo, eso era mejor a nada.