CAPÍTULO 01.

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Cansada de estar en una relación que siento que no tiene futuro alguno.
Pero, no puedo dejarlo.
No puedo dejar esta relación.
Él ha estado para mi siempre, desde que somos muy pequeños, siempre ha estado a mi lado.

Quiero mucho a Eren, pero, no lo amo.

Siento que es un amor de familia, o quizás sea costumbre.

Supongo que después de la muerte de mi padre, he perdido esa figura paterna y la poca atención que me da Eren, para mi es lo máximo.

Pero, tampoco mi vida gira al 100 por ciento a la vida de Eren.
Tengo amigos de la preparatoria.
Eso me hace sumamente feliz, las locuras de Sasha acompañados a la de Connie, y Armin, que es un sol de persona.

Ah... y la chica pelirroja de al lado, la que vive pegada a mi casa.
Isabel, su padre se casó con la señora Kuchel, y ahora es hermanastra de Levi Ackerman, un vecino, que casi nadie sabe de su existencia. Casi no habla, de hecho, nunca he cruzado alguna palabra con él, nunca he escuchado su voz.

Cuando suelo ir de visita junto a Isabel, y él llega del trabajo, tan solo me da una mirada fría.
Supongo que es su forma de saludar.

Durante un tiempo pensé que éramos familia, puesto que tenemos el mismo apellido.
Pero suena muy tonto, ya que existen muchas personas con apellido "González" y no por eso son todos parientes.

Bueno, esa fue la explicación de mi mamá.

.
.
.

— Mikasa, tienes que dejarlo, no es sano. — habló el rubio poniendo sus manos en mis hombros.

— Sabes que no puedo hacerlo.

— ¡Puedes!, pero no quieres. — él negó con la cabeza.

— Es del revés, quiero pero no puedo hacerlo, Armin, entiéndeme.

Él solo me dio una mirada triste y se fue por el pasillo.

No puedo dejar a Eren, no puedo hacerlo.

Repetí lo anterior en voz alta, Sasha se detuvo frente a mí con una cara de asesina.

— Debes poder hacerlo. — habló — tú quizás no le des importancia, pero lo que te hizo cuenta como infidelidad.

Nunca habia visto a Sasha tan seria, y hablar así con ese tono de voz.

No debí haberles contado lo que descubrí la semana pasada.

🍙🍙🍙

Subí a mi habitación a ordenar algunos artículos.
Mi tan desarreglada habitación.
Todo de cabeza, al igual que mi vida en estos momentos.

Coloqué todos mis libros en sus respectivos lugares.

Observé mi mesita de noche, allí estaba mi reloj — alarma.
Son las 17 con 30 minutos.

Planeaba poner música en mi pequeña radio de color gris.
Pero, cuando coloqué el disco de Ariana Grande, comencé a oír fuertes sonidos de máquina de cortar césped.

Dios, qué fastidio.

Me asomé por la ventana.

What the fuck?

El hermanastro de Isabel, mi vecino Levi Ackerman, cortando el césped de su enorme patio y sin ¿remera?

Eso no se ve todos los días.
Más bien, nunca.
¿Un milagro del señor?

Está bien.
Nunca he visto a alguien con ese tipo de físico.
Músculos en los músculos.

No sé si está mejor en frente o por detrás.
Pectorales o espaldas.
Wow.

Dejé de observar, cerré la ventana al igual que las cortinas.

🍙🍙🍙

— Mikasa, ¿cuándo daremos el siguiente paso? ¿No te parece que ya es hora? — cuestionó el ojiverde acercándose a mí.

— ¿Dar el siguiente paso? — pregunté nerviosa.

— Ya sabes, tener relaciones...

— Eren. — meneé la cabeza — no me siento lista aún para hacerlo.

El resopló.

— ¡¿Pero por qué?! Ya llevamos dos meses de noviazgo, y con suerte me das un beso.

— No me presiones. — dije firmemente.

— No lo hago, pero una relación no se sostiene solo con amor y piquitos.

Agaché la mirada.

— Entonces, déjame.

Él me miró fríamente.

— ¿Eso es lo que quieres, no? — me tomó del brazo.

— ¡Suéltame, Eren! — grité.

— No te voy a dar el gusto, Mikasa, seguiremos juntos.

Me soltó y me dejó sola.

Sola.

Tengo miedo al abandono.




Falsas promesas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora