CAPÍTULO 11.

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Las luces de colores amenazaban con dejarme ciega, sin embargo, la música está algo baja de sonido.

Levi y yo nos acercamos más hacia los costados, buscando con la vista a mi grupito de amigos.
Levi me codeó y señaló cerca de la barra de tragos.
Allí se encontraban en un circulo, en donde había una mejor iluminación.

Me sorprendí al ver a Sasha con aquel muchacho de nombre Niccolo, si que es rápida. En cambio, Connie estaba con cara de deprimido al igual que Bertholdt.

Armin y Annie charlaban con Historia y los demás, aunque rozaban sus meñiques cada cierto tiempo.

Isabel, sentada al lado de Reiner.
Todos están juntos, pero cada quien hablando de un tema totalmente diferente.

Armin alzó la mirada, encontrándose con la mía.

— Hey, Mikasa — levantó la mano, saludándome — ¡viniste! — exclamó con una sonrisa.

La cara de Eren e Isabel cambiaron por completo al verme acompañada de Levi.

— Hola a todos. — saludó Levi.

La mayoría correspondió el saludo.

— ¿Puedo sentarme con ustedes? — pregunté tímidamente.

— ¡Obvio, tonta! — dijo Sasha.

Levi y nos sentamos al lado de Armin.

— ¿Qué se supone que haces aquí? — preguntó Isabel, fulminando a Levi con la mirada.

— No es asunto tuyo. — él respondió sin titubear.

— ¿Podemos hablar en privado? — cuestionó enojada.

— No. — respondió firmemente el azabache.

Guao, todos prestaban atención en ambos, incluyéndome, esto estaba siendo incómodo.

— ¿Qué tal si jugamos algo? — preguntó Sasha para cambiar el tema de conversación y acabar con el tenso ambiente.

— ¿Cómo qué? — cuestionó Annie.

— Verdad o reto. — opinó Connie.

— Ese está genial. — comentó Reiner chocando puños con Connie.

— Bien, empecemos — dijo la chica patata — a ver Mikasa, ¿verdad o reto?

Apreté la mandíbula, estos juegos no son de mi agrado.

— Verdad.

— ¿Te has enamorado en verdad?

Sentí la mirada de Eren sobre mi.

Comencé a mover los dedos de mi mano.

— Reto. — cambié.

— El que calla, otorga — molestó Jean.

— Al menos fue mi novia y no tuya, caballo horrible — habló el ojiverde.

— ¡Basta! — exclamó Historia.

— Si me disculpan, — habló Levi — saldré a tomar aire, no me gustan este tipo de juegos.

Fue todo lo que dijo y se retiró.
Me hubiera gustado ir, pero no lo hice.

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Seguimos con la ronda de juegos, menos mal la intensidad de preguntan disminuyeron.

De pronto Isabel se retiró del círculo.

Pasaron algunos minutos, y no pude evitar salir a observar lo que sucedía.

Caminé hasta una de las puertas del fondo, me acerqué hasta ver dos sombras muy juntas, y, en donde pude distinguir las voces.
Me acerqué aún más.

Falsas promesas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora