CAPÍTULO 17.

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POV LEVI ACKERMAN.

Recuerdo perfectamente el día de la muerte del padre de Mikasa.
Realmente era un hermoso día, el sol brillaba, brindándonos vitamina D, pero, había un terrible tráfico en la calle y eso hacía un poco tedioso ese instante.

Como no avanzábamos, un hombre que estaba al lado mío bajó del coche, para verificar lo que sucedía.

Al volver, aquel hombre dijo que hubo un terrible accidente, que la víctima aún seguía con vida, sin embargo, nadie quería auxiliarlo.

Entonces, bajé del coche, y fui acercándome al lugar de los hechos... visualicé al padre de Mikasa, a mi vecino, tirado en el suelo. Él al verme, trató de levantarse, pero, como no lo logró, pronunció mi nombre.

Sus palabras fueron: "Levi, gran y buen vecino y amigo. Cuida con tu vida a mi hija, no dejes de protegerla, al hasta menos que sea más grande y sepa como protegerse así misma".

Eso fue lo último que dijo, murió.

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Pero, vayamos un poco más al pasado.

El padre de Mikasa, fue mi vecino de toda la vida y gran amigo de mi tío Kenny.

Fue un señor bueno, con el que siempre podía charlar, a él le gusta mi forma de pensar y mi forma de querer emprender y salir adelante.

Cierto día, cuando cumplí 25 años, y Mikasa estaba apunto de cumplir los 15, él señor habló conmigo en privado.

FLASHBACK

— Sabes Levi, si Mikasa se llegase a casar, quisiera que fuera un hombre que la protegiera siempre, que la quiera de verdad y que no juegue con sus sentimientos. — comentó el señor — alguien así como tú.

No supe que responder a eso.

— Alguien así como tú — volvió a repetir — eso me agradaría bastante, pero, no. — negó con la cabeza — si tan solo Mikasa tuviera tu edad, lo aprobaría, pero se llevan 10 años y eso ya es bastante.

— La edad es solo un número. — respondí.

Él me observó seriamente.

— Serías el hombre perfecto para mi hija, cumples con todo, menos con la edad. — resopló — mi madre se enamoró de un hombre 13 años mayor, y le fue faltal. No quiero eso para Mikasa.

— Te entiendo, prometo no acercarme de esa manera a ella.

Él me sonrió — Te lo agradezco. Pero dime, ¿mi pequeña hija te agrada?

Lo pensé un poco. — Me da igual.

FIN DE FLASHBACK.

Dejó de "darme igual", el día de la muerte de su padre, ya que apartir de ese entonces comencé a espiarla desde las sombras.
Adentrándome poco a poco en su vida.

Hasta que cumplió los 18 años de edad, y meses después mi madre decidió que se casaría con su asistente, el cuál tiene una hija, que es Isabel.

Mi madre invitó a Mikasa y a su madre a la boda.
Recuerdo que el día de la boda, Mikasa llamó completamente mi atención, con ese vestido rojo al cuerpo con escote y a espalda abierta.

No mires, no la mires como mujer.

Supongo que en ese entonces dejé de verle como una niña. Caí en cuenta que ella ya había crecido, que ya no era la chiquilla que comía arena mientras sus padres no la veían.

Comencé a verla como mujer.

Pero, prometí que no me acercaría a ella con otras intenciones. Sino que siempre la cuidaría como la hermana que nunca tuve.

Falsas promesas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora