Capítulo 24.

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De día en la cafetería, pero, hasta el mediodía ya que hoy es la cena de fin de año.
Hoy es 31 de diciembre.

Aún faltaban 5 minutos para abrir el local. Sin embargo, mi compañera aún no llegaba.

Decidí volver a mirar que todo esté en orden para poder abrir el local aún estando sola.

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A mis oidos llegaron el sonido de la pequeña campana que está por la puerta de entrada.

Debe ser ella.

Giré la cabeza.

¿Ella?

Se quedó pálida la verme, yo me sorprendí pero traté de no hacer ningún gesto.

— Hola... — saludó con pena. — ¿Eres la nueva no es así?

— Sí. — respondí firmemente.

— Bueno... — bajó la mirada y comenzó a jugar con su cabello — ahora que seremos compañeras... — alzó la vista y la fijó en mí — quiero disculparme contigo.

Momento incómodo.

— Esa noche que Eren y yo nos besamos, yo no sabía que tú eras su novia. — confesó — es más ni siquiera sabía que tenía novia.

Me rasqué la nuca e hice una mueca.

— Fue Eren quien dijo que no tenía novia ni compromisos con nadie, y yo le creí. — suspiró — de todas formas me disculpo contigo, Mikasa.

— Bien, ya no importa. — respondí tranquilamente.

— He oído que lo perdonaste, y no te juzgo, quizás él pueda cambiar.

— No, Pieck, puedes quedártelo, él jamás cambiará. — le sonreí falsamente.

Ella frunció el ceño.

— ¿Crees que si lo conocí siendo infiel, me lo quedaría? ¡joder, estás loca! — meneó la cabeza — él podrá cambiar, pero de mujeres, porque de actitud no lo creo.

— Vaya, piensas bien las cosas antes de decirlas. — halagué.

— Pero, en serio, nadie querría tener algo serio con él.

Con el reloj en marcha y los clientes que llegaban, Pieck y yo fuimos charlando un poco más.

Admito que al comienzo me caía mal, porque se había besado con Eren.
Pero, ya me dio su versión, y opto por creerle.

Terminó el horario laboral.
¡Vaya! Eso fue rápido.

— ¿Vives lejos de aquí? — me preguntó agarrando su pequeña cartera para salir del local.

— No, estoy como a tres cuadras.

Pieck al ser la más antigua del local, lo llaveó al salir.

— Entonces, nos vemos, que tengas un feliz año nuevo, Mikasa.

— ¿Te vas en bus? — cuestioné curiosa.

Ella negó con las manos.

Oí llegar a una moto, al parecer deportiva.
El muchacho se sacó el casco y le entregó otro de color negro a la pelinegra.

— Hola, cariño. — se dieron un corto beso. — Mikasa, él es Pocco Galliard, mi novio.

Yo simplemente le sonreí.

— Cariño, ella es Mikasa, mi nueva compañera de trabajo. — le comentó y él simplemente me saludó con las manos.

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Falsas promesas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora