Después del día más rámdom que tuve ayer, salí de casa disparada a una entrevista en una confitería.
La encargada y dueña de la tienda se portó muy amable conmigo, se tomó la molestia de explicarme de pies a cabeza de lo que trata el trabajo.
La entrevista salió mejor de lo que esperaba ya que simplemente hoy me tocaba presentarme, pero, finalmente quedé seleccionada para el puesto.
— La que está allí en la caja — señaló — no es tu compañera, tan solo es una reemplazante, mañana vendrá tu compañera de turno. — informó.
— Ok, está bien.
Prácticamente el trabajo consistía en atender a los clientes y cobrarles, por esa razón tan solo estábamos dos personas en el local, una de cajera y la que a atiende los pedidos de los clientes.
— ¡Hola! — saludó — soy Nanaba, un gusto. — se presentó amablemente.
— Hola, soy Mikasa. — le sonreí.
— Solamente estaré el día de hoy, mañana vendrá tu compañera de turno. Es que hoy fue al hospital a acompañar a su madre y yo la estoy cubriendo. — comentó comiendo una de las donas del local.
🍙🍙🍙
Necesito ordenar mi mente, todo está de cabezas a mi alrededor.
Mis amigos me invitaron a un bar, la mayoría irá.
Quizás vaya a distraerme, ya no quiero seguir pensando en que me echarán de la casa y en Levi.Lo segundo es lo que nunca abandona mi mente, siempre está allí, no sale de mi cabeza ni por un maldito segundo.
Sí, te amo, Mikasa.
.
.
.— Oye, oye, Ymir, no te tomes todas las penas de golpe. — molestó Annie.
— Es que, ¡mírala! — exclamó triste — no luchó por nuestro amor. ¿Qué le vio a ese idiota de Reiner?
No me había dado cuenta.
Historia está saliendo con Reiner.— No te enfades, quizás no le gusta la tijera, ya sabes — opinó Hitch alzandose de los hombros.
Ymir la fulminó con la mirada — ¿Y a ti no te gusta? — le preguntó.
Pudimos ver a Hitch sonrojarse.
— Mikasa, ¿podemos hablar? — se acercó Jean.
— ¿De qué? — pregunté sin importancia.
— Nosotros.
— Vaya, ¿eso existe? — preguntó la rubia metiéndose en medio de los dos.
— Annie, ¿por qué no vas a bailar con tu lloroncito? — cuestionó Jean enfadado.
La rubia lo tomó del cuello de su camisa.
— ¿A quién le dices lloroncito, caballo friendzoneado de mierda?
— Annie, déjalo — hablé — necesito uno de tus consejos.
Ella lo soltó.
Me observó.
Tomó mi mano y me sacó del bar.
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Falsas promesas.
FanfictionMikasa descubre que su novio le oculta cosas, gracias a su vecino, el cuál debe protegerla por una promesa hecha.