♥ Diez ♥

101 15 6
                                    

La clase transcurrió de maravilla. Los alumnos tuvieron a pesar de todo una buena relación con Nathalie, y ella se vió un poco coqueta con el castaño, cosa que me incomodó pues ella es mi prima y él.. es un idiota.

Concluida la jornada, estaba dispuesta a retirarme del centro escolar como correspondia. Agarré mis cosas y comencé a caminar fuera de la escuela, mi vista se encontraba posicionada en el suelo, me entretuve viendo una grieta e hice lo posible por no pisarla.

Según los creyentes, pisar una grieta es de mala suerte.

Pero mi problema no fue el suelo, sino que pude sentir cómo choqué con un cuerpo frente a mí. Comencé a maldecirme posteriormente.

-Mierda- murmuré sobando mi cabeza, al abrir los ojos y ver con quién me había topado lo observé indiferente.

Ahora mismo nos encontrábamos uno al frente del otro, su mirada era burlona y fija mientras que la mía se negaba a quedarse quieta.

-Deberías observar al frente cuando caminas, podrías chocar con alguien- comentó fingiendo la educación que no tiene.

-Vale, el joven Kim quiere ayudarme y darme consejos a mí ahora ¿no?- indagué con sarcasmo notable en mis palabras.

-Qué graciosa- respondió con un tono inexpresivo y luego relamió sus labios para continuar hablando- ¿irás?

-Sí- afirmé sonriente- pero no ahora, ni contigo- aclaré.

-Como si quisiera que vinieras conmigo- contraatacó asqueado y frunciendo el ceño.

-Me queda clarísimo- aseguré para esquivarlo y continuar caminando, pero me detuvo una vez más sujetando mi brazo.

-¿Piensas ir sola al lugar que vamos?- cuestionó.

-Tengo que hablar con Jungkook sobre eso- expliqué y me salí de su agarre, sin ser brusca- pero y si fuera así ¿qué?

-Iba a decir que podían violarte por la noche, pero lo más probable es que utilicen tu cuerpo para construir mesas- se burló divertido.

Insultada le enseñé el dedo del medio y aparentó estar ofendido, con una mano sobre su pecho dramáticamente y la boca abierta.

-Jódete, Kim- maldije para continuar caminando, una vez alejada de él volvió a dirigirme la palabra.

-¿Por qué siempre me llamas por mi apellido?- preguntó sin voltearse, haciéndome frenar.

-No tengo porqué llamarte por tu nombre- negué- además, Kim es lindo- opiné sin darle mucha importancia.

-¿Dijiste que soy lindo?- cuestionó y se volteó con una sonrisa divertida en su rostro.

-¡No!- me retracté rápidamente- me malinterpretaste otra vez.

-No- negó burlón- tú dijiste: "Kim es lindo"- imitó mi voz exageradamente- y yo soy Kim, mi cielo- explicó.

-Si crees que voy a caer en tus juegos, te equivocas- avisé para empezar a caminar.

Y el hijo de su madre vuelve a detenerme.

-¿Dónde vives?- interrogó repentinamente.

-¿Para qué quieres saber?- indagué luego de largar una risa nasal- ¿irás a por mí?

-Claro que no- negó rotundamente- es que no soy muy bueno en Literatura, y quería ver si tu prima podía ayudarme en algo- explicó.

Apuesto a que mis mejillas están como tomate en estos instantes; ¡Qué vergüenza!

-Entiendo- afirmé tensa y lo próximo que hice fue carraspear para continuar- ¿cuándo te interesa verla?

-Cuando esté libre- contestó.

Asentí lentamente.

-Bueno, puedo darte la dirección o-

-¿Por qué mejor no me llevas? Soy una mierda con las direcciones- admitió agregando una mueca torcida en su rostro.

-Lo pillo- afirmé- vámonos.

• 착한 마음씨 •

-Bien, es aquí- indiqué una vez que llegamos, y me giré quedando frente a él y de espaldas a la puerta.

-¿Ella está aquí?- interrogó ignorando mi comentario.

-No traigo llave, así que si no está debo darme una vuelta y regresar después- informé.

Me giré hacia la puerta para tocar el timbre y verificar si se encontraba mi prima o no; un pequeño silencio se instaló entre nosotros dos, esperando que algo pasara.

-¡Voy!- se escuchó desde dentro y lo próximo fueron sus pasos cada vez más cerca, hasta abrir la puerta.

-Hola- saludé con una sonrisa incómoda- me olvidé de la llave.

-Ya veo- asintió y apartó la vista de mí, viendo detrás al castaño que quería verla para cualquier cosa menos para estudiar literatura. Una sonrisa educada apareció en su rostro- hola, Kim- saludó.

-Hola, Finn- contestó un poco más pícaro; no me sorprende- he acompañado a tu primita para que no conviertan su cuerpo en una mesa- bromeó y palmeó mi hombro burlonamente.

-¡Hey!- reclamé girando un poco mi rostro para verlo, percatándome de una sonrisa pequeña en sus labios, por otro lado escuché como Nathalie intentaba contener las ganas de reír, así que regresé mi mirada hacia ella- ¡¿Tú también?!- exclamé frustrada- ¡eres mi prima!- reproché.

-Lo sé, y te amo. Pero Kim es gracioso- se justificó divertida.

-Y créeme que tengo mejores cualidades- añadió una indirecta picante a la conversación, tornándose así más seria.

Decidí apartarme al ver cómo Nathalie se acercaba al castaño detrás de mí, pues estaba en el medio entre los dos. Conozco la personalidad de la chica con la que vivo, es una persona juguetona pero eso no significa que le gusten todos los hombres, al contrario, en realidad no le gusta ninguno.

Ella es una reina, no puede andarse buscando plebeyos.

-¿Serás directo conmigo, Kim? ¿O tengo que serlo por tí?- interrogó sensualmente, mientras su mano derecha acariciaba un poco su piel al descubierto; la nuca, para ser más precisa.

-¿Te gustan los hombres directos?- cuestionó aplicando el mismo tono y acarició un poco su pequeña cintura, aprovechando para apegarla un poco hacia él.

Una risa nasal provino de ella, acompañándola una rodada de ojos. A continuación relamió sus labios para continuar con su hablar.

-Exacto- afirmó- me gustan los hombres- especificó- no los chicos como tú.

Apartó las manos del chico de su cintura sin llegar a ser brusca y se posicionó a mi lado, el castaño sólo se limitó a negar con la cabeza mientras sonreía de lado.

-Muy dura ¿no?- indagó incrédulo.

-Búscame algo de mi prestigio- contraatacó sonriente- además, soy mucha carne para tí, pequeño.

-No puedes juzgar sin conocer, Nathalie- negó.

-Nada personal, Taehyung- contestó- pero me gustan de mi edad o mayores que yo- informó.

-Puedo hacer lo que un hombre de treinta no puede- retó pícaramente.

Esto es incómodo.

-¿Sabes? Creo que harías mejor pareja con mi prima- consideró repentinamente.

-¿¡Qué!?- exclamamos al unísono incrédulos, causándole gracia nuestro reaccionar.

-¿Ven? Ambos son una monada, aunque aparenten ser sexys y eso- comentó divertida- tengo ojos, y más experiencia, por supuesto.

No se pronunció una palabra más. Mi prima solo sonrió complacida y se adentró en la vivienda, dejándome a solas con Taehyung.

-Nos vemos en la noche- rompió el silencio.

-Sí, te veo allí- afirmé.

-Adiós.

-Hasta luego.

Good Heart «김태형» ✓ EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora