CALEB
Esto no puede llegar a manos de mis padres. Creo que mi madre sufriría un ataque al corazón seguido de mil palabrotas, rimando con los cabezazos de mi padre contra la pared más cercana. Mierda ni siquiera puede enterarse Hayley; aunque seguramente su grupo de chismosas amigas ya hubiese propulsado la voz de alarma. ¿Mosquitas muertas? una mierda. Mi padre tuvo razón con lo que deberían de haberla metido en un convento a los nueve. Demasiado me cuesta alejarla de pervertidos cabrones.
Joder, Caleb, concentración.
La carta, la dichosa carta de mierda que ahora mismo se encuentra entre las manos de la secretaria. La necesito. No puedo dejar que sea enviada. Tengo que agarrarla, copiar la firma de mi padre y devolverla al día siguiente.
Oh venga. Tampoco era para ponerse así ¿sabes? Ella lo quería, definitivamente no estaba obligada a permanecer en sus rodillas durante veinte minutos tragando y escupiendo sobre mi polla.
Tal vez el problema tenga más que ver con el simple hecho de que fuese la hija de la directora. Si, tal vez era eso.
- Caleb, hermano- me giro saliendo de mis cavilaciones mientras deshecho el cigarro casi consumido de entre mis dedos. Deon, mi primo, no realmente mi primo, aunque en realidad es como un hermano se acerca palmeando mi hombro mientras baila entre sus dedos las llaves de su nueva moto, regalo de sus padres; definitivamente tío Parker y tía Linda hacen los mejores putos regalos del mundo. ¿Cómo conseguí mi moto? Rompiéndome el culo a trabajar en el taller. Valorar lo que tienes y las mierdas que suele decir mi madre respecto el dinero, lo tengo, ¿por qué carajos no puedo usarlo?
- ¿Qué mierda haces aquí todavía?- interrogo elevando ambas cejas.
- Oh, no sé, llámame loco, pero este capullo que debería de estar caminando hacia una importante cita, por el cual suelo pagar pasta en el Ground sigue en la escuela, ¿sabes de lo que te hablo?
- Mierda- digo suspirando- Joder, la he liado y necesito conseguir algo, luego iré para allá- me observa tratando de descubrir algo, no cuela, sé que lo sabe, sabe que sé que lo sabe.
- Tenías que follarte a señorita tetas falsas, comúnmente conocida como la hija de la directora en el baño del gimnasio ¿cierto?
- No me toques los huevos- recrimino.
- Dame cinco minutos, capullo, te consigo la jodida notificación y nos largamos, peleas en dos putas horas.
Y ciertamente el sobre blanco con el sello del instituto está en mis manos en ese lapso de tiempo mientras me dirijo hacia la moto. No quiero saber lo que hizo, simplemente su mano limpiaba su boca al salir. Ignorando el hecho de que me lo imagino, no pienso preguntar.
- ¿Derek?- simple y al grano.
- Estará allí, mi copia menos buena salió antes- contesta.
- ¿Qué tiene?
- Su estúpido sentido común frente a los estudios…puto empollón - susurra esto último- No terminará en el servicio militar como nosotros.
- Ni se te ocurra mencionar esa mierda frente a mi madre- amenazo ahora serio- No puedo hacerle eso, necesito ir a la universidad.
- ¿Universidad? Hermano, déjale eso a Hayley y a Derek, ellos serán la gloria de la familia.
- ¿Dakota?
- Oh, no, ni de coña, está en su momento de pureza y limpieza como lo llama. Esta mañana me persiguió por la cocina con polvo quemado o no sé qué coño, estoy limpiando tus vibras Deon. Puta mierda es como yo lo llamo.
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Como mi alma
ChickLit(Segunda parte de Como mi tinta- La historia de Caleb alias"hijo de Travis y Danielle") Historia para mayores de 18. QUEDA AVISADO! Derechos reservados. Las apariencias engañan. Para bien, o para mal. Las actitudes cambian. Para bien, o para mal...