Capítulo 22

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PA TU NEREA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! FUE UNA AMENAZA QUE ME LLEGO AL HEART! JEJEJE

BAMBI

- ¿Entonces...?- Zoey me mira entrecerrando los ojos y con una sonrisa estúpida en la cara, Hays hace lo mismo pero sin cortarse un pelo mirando en la dirección de su hermano.

Nos encontramos en el campus que conecta la universidad con el instituto, nos sentamos, en una de las mesas de picnic viendo a los chicos en una de las esquinas de los edificios, y...no puedo apartar mis ojos de Caleb, es como un imán, y me siento tan increíblemente estúpida, sobre todo cuando sus ojos conectan con los míos en la distancia y hace esa terrible sonrisa ladeada que hace todo mi interior hervir. Deon, a su lado, sigue su mirada y choca con la mía, trato de apartar la mía lo más rápido posible pero me resulta casi imposible, es tan...atrayente.

- ¡Bambi!- salto al escuchar el grito de Hays y me giro para prestarles atención.

- ¿Qué?- pregunto todavía con mi mente en aquella esquina, y en el porche de mi casa, dos días y todavía no puedo apagar ese torrente que me recorre.

- ¿La cita? Con Caleb

- Oh, si- respondo- estuvo genial.

- ¿Hicisteis algo jugoso?- la rusa menea sus cejas insinuándose.

- ¡Asqueroso Zoey! Es mi estúpido hermano.

- Oh venga Hays, necesitamos munición fresca para poder ponerlo contra la pared, ¡Y mírala a ella, está clínicamente estupidizada!

- ¿Estupidizada? ¿En serio no hay suficientes palabras y adjetivos en nuestro idioma que necesitas inventarte palabras?- replica la pequeña del grupo, una risilla nerviosa nos une a Zo y a mi mientras la observamos.

<<De acuerdo, no puedo con vosotras, pero estas consiguiendo que el tema se desvié, ¿Cómo fue la cita Bambi? >>

Y rápidamente mi cabeza vuela a aquella noche, su nerviosismo, su sinceridad, sus pequeños toques...

- ¡Jesus! Lo que yo decía estupidizada...

- Estuvo bien- sonrío hacia ellas sacándolas de su miseria- de verdad, fue atento, hablamos mucho, estuvo genial.

- ¿Top 3 de las mejores citas?- Suspira Hayley.

- Top 3 de las mejores citas- confirmo.

La campana suena indicando el cambio de clases o en nuestro caso el final del descanso, nos levantamos recogiendo los bolsos y envolturas de la comida de la cafetería, mientras caminamos hacia las puertas, la chicas hablan de la llegada de sus familiares para el cumpleaños de la madre de Hays. Mi bolsillo trasero tiembla tres veces indicándome un nuevo mensaje de entrada.

+ Caleb (11:04)

Has sido suficientemente interrogada ya???

No miro hacia atrás, sabiendo que el estará caminando en nuestra dirección con los chicos. Respondo ignorando la conversación de las chicas.

++ Si...completamente loco hablar de esto con tu hermana. Escalofrío.

+Caleb (11:05)

Ignóralas, solo necesitan un poco de carnaza. Ven conmigo.

++¿A dónde? Tengo que ir a secretaría para recoger unos papeles.

No hubo otra vibración. Seguí el paso de las chicas hasta llegar a los pasillos de las aulas y la recepción donde se encontraba el despacho del director y la secretaría. Ambas se despiden de mi con dos besos en las mejillas y cada una hace su camino.

Nunca había tenido amigas, no como ellas de todas formas, amigas de verdad, de las que confían en ti y tú puedes confiar en ellas también. De pequeña, era demasiado silenciosa, con mis harapos como ropa y mi silencio imperturbable, jugando en mi pequeña cabeza en ese mundo paralelo que yo dibujaba en mi mente, en la adolescencia más temprana una dura armadura se deslizo sobre todo mi ser, silenciosa, distante, algunos me llamaban suicida, otros emo, nunca fui ninguna de las dos, tal vez hubo momentos en los que si fui emocionalmente inestable, pero creo que mi situación me daba un pase para ello. Cambié tanto de colegio y de instituto los primeros cuatro años que ni siquiera me daba tiempo de conocer los nombres de aquellas personas con las que acudía a clase. Luego llegaron Bill y Katherine, al principio las contradicciones volaban sobre mí, luego me junté con la gente que no debía, las amigas no abundaban por esos lugares, era mejor no confiar en nadie, me daba urticaria pensar en que podría haber confiado en alguien como aquellas personas, y más tarde mi mundo se derrumbó, llevándose a la única persona que de verdad podría llamar madre de mi lado. Mi familia se convirtió en mi prioridad número uno, no tenía tiempo para la amistad, las citas, las fiestas...todo eso estaba fuera de cuestión.

Pero hay algo que no deja de rondarme, Shine, porque Shine es amigo de Caleb, Deon y Derek, Shine no solo participa en la La Recta, el es La Recta, carreras de coches y peleas clandestinas todo un fin de semana de ilegalidades concentradas, dos veces al mes, viernes carrera y sábado pelea, el siguiente a la inversa, miles de dólares cambiando de manos constantemente, cocaína esnifada y drogas de diseño ingeridas, sexo en las esquinas, en los coches, en los baños, en los bosques. El sueño húmedo de cualquier principiante a criminal. Un mundo donde no existen las amistades verdaderas, excepto, parece ser, por esta extraña familia que estoy conociendo. Evidentemente no soy estúpida, Deon participa en las carreras, ¿pero Caleb?, Caleb participa en las peleas. No se necesita ser un genio para averiguarlo, nudillos destrozados, coches tuneados...

Mi cabeza disipa toda la perorata interna una vez llego al mostrador esperando que alguien me atienda. El espacio es terrible, las sillas de ruedas con esos espantosos cojines verde vómito, estampitas de la virgen decoran las paredes y en el escritorio fotos de una familia, una diabólica familia llena de estoicismo, ¿esos niños no sonríen? Además de ser casi un equipo de futbol...

- Me siento terriblemente ignorado...

Brazos llenos de tatuajes rodean mi cintura, la electricidad pasa por todo mi cuerpo, su piel roza con mi piel, en esa parte desnuda que hay entre la cinturilla de mis pantalones bajos y mi camiseta de Harley Davidson ahora dos tallas mas pequeñas,  unos calidos labios se posan en mi cuello dejando un poco de humedad. Suspiro. Como una imbécil. Pero no me desenredo del abrazo. Mis pezones se endurecen y mi cuerpo se encorva, buscando un poco más de ese calor bienvenido, sus pulgares haces círculos en mi piel, reblandeciendo muchas partes, creo que podríamos incluir a mi actual estado delirios de grandeza a esa parte baja, ya que salta, aclama, aplaude...y definitivamente chapotea. Jesús, demasiado tiempo sin jugar. ¿Pero que mujer en este planeta podría resistirse a esto? Me siento tan estúpida notando mi pulso acelerando los motores, y me siento aún más estúpida al saber que sus labios también lo notan, y aún más estúpida cuando estos impregnan una sonrisa , la cual evidentemente conozco, en ese punto exacto. 

Bien. Estoy cachonda.

No ha necesitado hacer más. 

- ¿Qué haces aquí Caleb?- pregunto susurrando, como si estuviésemos infringiendo las normas. O... no queriendo romper el momento. Aunque es un poco macabro, ya que me siento observada por la familia moster triplicada.  

- ¿No puedo venir a saludar al tormento de mi cabeza? – finaliza volviendo a besar esa zona de mi cuello.

Dios, Buda, Alá... no me deis fuerzas porque lo empujo, lo empotro y me lo follo. 

Muy madura Bambi, muy acorde con tus catorce años...a no, perdona, que tienes diecinueve. ¡Relaja la raja maja! 


Como mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora