Caleb
No la presiones.
No digas muchas palabrotas.
No fumes a su alrededor si no le gusta.
No le llames "zorrita", a las mujeres de verdad no nos gusta.
No intentes meterle mano en público.
No escupas.
No mires a otras mujeres.
Dale opción a elegir el plan que a ella más le apetezca.
No le lleves a un sitio con mucha luz.
No le lleves a un mexicano, la comida picante no es buena para un momento post-cita.
No babees en cuanto la veas.
Trata de formular frases razonables, que se vea la educación que has recibido por tu abuela por lo menos.
Y la lista de cosas que mi hermana y mi madre recitaban en mi oreja durante toda la tarde podía seguir horas y horas. Maldición, tampoco soy estúpido.
Bambi no parecía de ese tipo de chicas pretenciosas, de las que necesitan una cena en un restaurante sofisticado donde pingüinos completamente rectos te sirven la comida, lo que en realidad son diminutos trozos comestibles de apariencia no realmente apetitosa. Como suele suceder en mi familia, todos tuvieron opinión sobre que debía que no debía o que podía o dejar de hacer. Ninguna idea me gustó. Así que improvisé, he sido un poco egoísta ya que he preparado algo que a mí me gusta, joder, debería haber escogido el cine, mierda, ¿y si piensa que soy un idiota? ¿Y si no le gusta?, no, no, como dice mi madre, "los y si solo te harán fracasar" y no voy a fracasar. No puedo.
Deon lleva sin tener una conversación decente conmigo desde que le pedí la cita a Bambi, no sé si está cabreado de verdad, o estará tramando algo, pero aquí el que la sigue la consigue y el que no se pone en ello lo deja volar.
Pero es Deon, nuestra casi hermandad no puede ser destruida.
El reloj marca en punto y doy varias respiraciones profundas mirando hacia la puerta de la casa de la familia de mi cita.
Cita. Todavía mi boca se vuelve un poco pastosa con esa palabra.
Salgo del coche sin prisa, pensando que le diré nada más verla, un simple hola debería estar bien ¿verdad?
Ya en la puerta viendo las luces de la planta baja toco el pequeño timbre con forma de...¿búho? No me di cuenta la última y primera vez que vine, es algo curioso, ya que tiene incluso color, parece de esas cosas que las viejecitas...
- Hey.
- ¡Coño!- muy bien, ya has roto una de las reglas de las mujeres de tu casa...y ahí va otra, joder es impreionante- Si, si, hey....Hola.
Idiota.
- ¿Qué te sucede?- pregunta divertida, eso es bueno, aunque se esté riendo de mi.
- Es...es...mmm, tu timbre- le digo, los dos todavía en la puerta, sin habernos movido un solo centímetro- Es curioso.
- No, es horrible, pero a mi madre le encantaba, era una de sus cosas.
- Oh, genial, quiero decir, bien, lo respeto, no es que...
- ¿Nos vamos Caleb?- dice todavía divertida. Si, estoy quedando como un idiota.
- Si, por favor- pongo ojos de cachorro ante mi verborrea absurda y ríe un poco más mientras me hace retroceder para cerrar la puerta tras nosotros.
En silencio, para nada incomodo, nos movemos hacia el coche de mi hermana, prestado evidentemente. Como buen caballero abro su puerta recibiendo una sonrisa y un levantamiento de cejas, si bueno, la última vez que hice esto fue nunca. Camino rápido hacia la puerta del piloto y nada más entrar pongo rumbo hacia nuestro destino.
- Muy bien, ¿A dónde me llevas?- pregunta cruzando sus largas, torneadas y maravillosas piernas.
- Es una sorpresa- mentira, no podía decirle, que posiblemente le lleve al sitio más cutre de toda la ciudad así de sopetón.
- Me gustan las sorpresas- dice todavía sonriendo, mierda, sonríe, no la había visto así, alegre constantemente desde que la conozco, aunque en realidad siempre que hemos hablado la he avasallado o ha sido en una situación no muy elocuente por mi parte.
- ¿En serio?- aparto la mirada de la carretera unos breves segundo para mirar hacia ella sorprendido, riendo añado- ¿no vas a gritarme, a hacer que te diga cuál es la sorpresa?
- ¿Por qué debería de hacer eso?- su ceño fruncido era tan malditamente caliente, alo así como una ninfa del bosque, solo imaginármela cabreada con fuego en sus ojos hacia que mi po... IDIOTA. Otra vez. ¿Qué diablos me pasa a su alrededor?
- ¿No es lo que hacen las chicas?
- ¿Es lo qué hacen tus chicas?- contraataca, bien, gracias puto Karma.
- Dejemos todo en un simple me alegro de que te gusten las sorpresas- digo tratando de librarme de todo.
Observo de refilón como hace una mueca, la cual mi estresada mente solo puede calificar como de disgusto. Vuelvo mis ojos a la carretera y las palabras de mi padre vienen a mi cabeza.
- Las primeras citas no suelen ser geniales, más bien son torpes, cansinas y con silencios muy incomodos. Yo nunca tuve una cita real con tu madre, me lo recuerda eternamente- susurra esto último frunciendo el ceño- Pero por eso mismo solo tienes que saber que es un simple paso, un puente para conocer a la persona, aunque en realidad no suelen sacar su yo verdadero en la primera cita, ni en la segunda, ni en la tercera...su demonio catárquico solo aparece una vez tiene una banda de oro en el dedo y tres cuartas partes de tu cama.
Muy bien papá, no solucionaste nada.
Evidentemente Bambi no es como las otras chicas, ¡por el amor de Dios! ¡Es mecánica! Parecería rudo y con niveles muy inferiores de erotismo. Pero joder si no tengo que relajarme cada vez que la imagino con el mono, una coleta desordenada y grasa...por todas partes, es mi fantasía recurrente.
Bambi es mi fantasía recurrente.
CHICS SABEIS QUE NO ESTOY EN MI MEJOR MOMENTO, PERO POR LO MENOS QUIERO DEJAROS AUNQUE SEA ESTE TIPO DE CAPÍTULOS CORTOS, SE ACERCA TORMENTA, SOLO AVISO.
ESTA CITA (que espero subir pronto) TRAERA QUEBRADEROS DE CABEZA Y NUEVOS HORIZONTES!!!!!
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Como mi alma
ChickLit(Segunda parte de Como mi tinta- La historia de Caleb alias"hijo de Travis y Danielle") Historia para mayores de 18. QUEDA AVISADO! Derechos reservados. Las apariencias engañan. Para bien, o para mal. Las actitudes cambian. Para bien, o para mal...