Capítulo 14

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CALEB


-          Tío esto es una jodida mierda- Deon gira nuevamente en la litera de abajo.


Tiene razón, esto es desesperante. Mis músculos están adoloridos y mi ceja partida no deja de palpitar. Pero es todo demasiado frustrante, no puedo evitar recordar como mi mano cosquilleaba en su cintura cuando la tenía sujeta entre mis piernas, su aliento cálido rozando mi rostro, su voz melodiosa. Y el extraño sentimiento que se formó en mi estómago cuando la vi en la pequeña habitación de la lavandería.


Definitivamente esta chica no es como las demás. Lo que me hace hervir la sangre cada vez que veo a Deon tocarla.


Llevo una hora pensando, retorciéndome, no lo quiero cerca de ella, no es un polvo a tres bandas de una noche, dudo mucho que Deon la quiera solo para una noche, y esa mierda me cabrea. Lo conozco bien joder, sé que no mira a mucha más distancia de donde su polla llega.


-          ¿A qué coño te refieres ahora? – lleva diciendo incoherencias demasiado tiempo.


-          Tenerla tan jodidamente cerca, es como dinamita- el pulso en mi cuello se acelera. No quiero hablar de ella con él. Tal vez si al principio, tal vez incluso hace unas horas, pero tenerla mirándome a mí y solo a mí. Bien, quiero eso, no quiero compartirla.


-          No creo que debamos meternos ahí con ella- digo bruscamente pero sin levantar la voz. Todo está demasiado silencioso podría escucharnos y no es una conversación para que nadie esté presente. Durante unos segundos no dice nada, lo que hace que me tense y rasque mi pecho desnudo.


-          ¿Qué carajos estás diciendo?


-          Simplemente que no deberíamos de intentar nada con ella- digo intentando estar calmado.


-          Oh, ¿qué, la estás poniendo una bandera roja?- dice con un tono de reproche que no me gusta una mierda.


-          Tal vez.


-          ¿Tal vez? ¿De qué putas hablas? ¿La quieres solo para ti? ¿Eso me estás diciendo?- pregunta, sin mirarlo sé que está apretando los dientes y se está poniendo furioso.


-          Creo que me gusta para algo más que un polvo de una noche- respondo todavía tranquilamente, aunque no esté ni una milésima apaciguado.


-          Y a mí también, gilipollas- joder.


-          Hermano te conozco...- comienzo para que me  interrumpa.


-              Y yo te conozco a ti, no te las des de mierda romántica, eres jodidamente igual que yo- ahí me tiene, pero con ella no es así.


-          No quiero discutir contigo sobre esto, joder.


Como mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora