Capítulo 4

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BAMBI JO

Ojos, cientos de ojos que observan, juzgan, prejuicios son lanzados, cuellos giran, muecas de arrogancia se asoman, sumadas con las de odio repulsivo instantáneo. Tengo ganas de vomitar. Me acostumbré a ser evaluada mil veces, en todas las posiciones sociales que puedas enumerar. Pero esto es descaro en todo su esplendor.

Me siento mareada nada más sentarme en la clase de historia.

Solo quiero salir de aquí.

Correr hacia el garaje y meterme bajo el coche.

No necesito que nadie se haga preguntas. No necesito a nadie acercándose a mí. No los necesito. Caminaba sin mirar, sin prestar atención, o eso es lo que ellos pensaban. Pero puedo leer sus ojos, carne fresca. Lo he visto tantas veces que ya ni siquiera me da la repulsión que una vez me consumía.

Se puede mirar, puedes hacer ideales platónicos erróneos en tu cabeza, pero no te atrevas a tocar.

Mantente lejos. Apártate. No confíes. Solo cinco personas se ganaron el derecho de revocar mis dictámenes personales, una está muerta, otra desaparecida y las otras tres son mi santuario, mi familia.

Respira hondo, concéntrate.

No lo necesito, soy buena estudiante, puedo con ello.

Ignóralos.

Abandonada.

Pensamientos, razonamientos, explicaciones auto infligidas hacia mí misma.

El timbre. Se acabó esta clase. Dos más. Puedo con ello.

La primera clase es igual a la anterior. La segunda me la joden, biología, esta es mi clase y me la está jodiendo la rubia de mi derecha, todavía no ha empezado pero lo va…

-          Hola soy Zoey- ahí la tienes. No quiero saber tu nombre. No lo necesito. Elevo mi barbilla, reconocimiento- Bueno… he oído que te llamas Bambi.

-          Bambi Jo- declaro.

-          Bien…Eres la nueva- una afirmación. Simplemente asiento- Eres poco habladora- me decido tras eso a mirarla. Se lo que puede ver en mi cara; disgusto. No quiero que me hable- ¿De dónde vienes?- No se va a callar no me va a dejar en paz, así que contesto.  

-          Del Impendence- digo mi anterior instituto. Se extraña, es normal, la misma ciudad y ni siquiera me ha visto por ahí, soy notable, se hubiese acordado aunque fuese de mi cara. Lo sé.

-          No te…- la corto.

-          Lo sé. No salgo mucho- cállate ya, cállate ya, cállate ya.

-          Oh.  ¿Y qué te ha traído por aquí?

-          Mudanza- respondo. Se está hartando, lo puedo ver porque sus labios se crispan, salta, cállate haz algo. Reacciona, la pruebo.

-          Mira guapa, estas buena, vistes bien, tienes un gran jodido coche de mierda y tienes una puta cara de regalo, solo trato de ser simpática, pero jódeme si tu actitud es basura- suspira entre estar reasignada y cabreada. Mira hacia adelante. Sonrío. Me gusta. Giro mi cuerpo totalmente hacia ella. Y sonrío, creo.

-          Soy Bambi Jo- extiendo mi mano hacia ella- Un placer Zoey- no sabe qué hacer, finalmente extiende su mano y agarra la mía. Mira con detenimiento mis tatuajes.

-          Eres rara- culmina.

-          Lo sé- termino girándome porque acaba de entrar el profesor y puedo escuchar una risilla de parte de mi nueva “conocida”

Tal vez biología no sea la mierda que pensaba.

CALEB

Bien, el plan de pedirle a Zoey que se acercase a ella para pescar información no ha funcionado; básicamente me mandó directo a la mierda y ordenó que me sacase la cabeza de donde no pega el sol. Así que sí, sé que se va a acercar a ella, pero definitivamente no me contará una mierda.

“Seré lesbiana pero sigo siendo una mujer y por eso respeto el código de honor entre mujeres”

Puta mierda en mi cabeza.

Veo a Derek con Shine, colega de toda la vida caminando por el pasillo y me dirijo hacia ellos.

Derek como siempre viste tan estropajoso que llama la atención de todas las mujeres, aunque obviamente sus miradas pasan a ser mías cuando entre en el foco, Shine parecería mi hermano si nos vieses a los dos juntos, hasta las cejas de tatuajes. Es un pequeño capullo del grupo, hay que apreciarlo, hicimos un pacto de mierda cuando teníamos unos doce, en plan, Primero los hombres luego las mujeres, tras unos años, nos dimos cuenta que eso sonaba tan malditamente gay que lo cambiamos a Primero los hermanos luego los coños. Sonaba mejor en nuestras cabezas, puedo entender que la gente piense que estemos llenos de mierda, pero suele ser así la mayoría del tiempo, no me quejo.   

-          Caleb – saludan a la vez, a veces dan puto miedo de lo cuadrados que hablan.

-          ¿Vais para la cafetería?- pregunto, somos tan expresivos.

-          No, yo tengo que ir al garaje de Perkins, dejé ayer a mi belleza- su coche, ese por el cual se pondría frente a las balas, cosa que no haría ni por su abuelita.

-          ¿Qué mierda? ¿Por qué a Perkins? Llévalo donde T.J. coño que me llevo yo la pasta- realmente no sé por qué hace esa mierda.

-          Ya lo llamé, me dijo que no tenía pistones para el gt del 80, así que llame a Perk.

-          Tienes razón, solo Perk tendría recambios para ese coche de mierda- digo riéndome y, literalmente huyendo de ahí.

-          ¡Maldito hijo de puta! ¡Por lo menos yo no llevo una moto de marica!

Oh no. No soltó esa gilipollez. 

Como mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora