Capítulo 13

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BAMBI JO


¿Sabes esa sensación? Si, esa, cuando estás en la cama dando vueltas y vueltas, ¿te suena de haberlo vivido? Porque últimamente para mi es una constante rutina nocturna desde que empezó el instituto. 


Y esta noche es como una bomba a punto de crear un caos masivo. ¿Cómo diablos me metí en esta situación? Mi subconsciente gritaba que no, que les dijese a todos que se marchasen, tal vez con palabras mordaces, al estilo esto no es un motel. Fuera. Pero no reaccioné a tiempo, no medí las consecuencias, y aquí estoy, con Zoey durmiendo en el colchón inflable al lado de mi cama, Shine en el sofá y Deon y Caleb en la habitación de los gemelos.


A cuatro metros de mí. Ambos.


Maldita sea, no estoy cómoda en mi propia casa, esto es tan desconcertante, además de mi estupidez a afrontar las miles de conexiones que mi cerebro hace o mejor dicho, deja de hacer, cuando ellos están cerca. No sé qué me resulta más irresistible de cada uno, y por lo tanto más peligroso. Soy como un poco perra, ¿no?, aquí pensando, intentando elucubrar cual es mejor del otro, comparando, decidiendo... ¿pero decidiendo qué? Esto es absurdo, no tiene sentido.


No soy estúpida, los dos dan señales bastante directas, es como si el aire fuese absorbido de la habitación, en la cocina, bueno aquello se sintió como cuando cocinas en verano un plato estofado sobre los fogones. Caliente e intimidante. Pero sobre todo caliente. No recuerdo tal vez ningún momento donde estuve tan atraída por un hombre, pero, gracias dios, son solo dos.


¡DOS! ¡¿En serio mundo cruel?!


Esto es peligroso, tan peligroso que todo mi cuerpo burbujea en señal de alerta.


No te acerques.


No te abras.


Ocúltate.


Pasa desapercibida. 


Si te esconde, si no permites que alguien se acerque, es evidente que nadie se va alejar. No a las repentinas desapariciones, corazones sangrantes u ojos desentimentalizados.


Cabeza al frente, si permites contacto visual incitas a hablar.


No quieres hablar


No quieres conocer.


No quieres...encariñarte.


Si bueno, gracias Sherlock, esa mierda fue desestimada en el segundo en el que decidí que me quedaría con Zoey, como si fuese un cachorrillo, y luego le siguió Hayley, joder, son geniales, pero buscar junto con ellas en el baúl de los recuerdos; no gracias.


Abandono a Zoey en la habitación farfullando algo sobre lo asquerosos que son los hombres y la dominación mundial matriarcal.

Como mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora