Capítulo 10

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BAMBI JO



-          Es como un mago del cine, creo que me casaría con Tarantino simplemente por Pulp Fiction o Reservoir Dogs- Zoey coge más patatas mientras yo bebo de la soda que compramos en el supermercado antes de la tarde de chicas.

-          Cierto, Tarantino y Tim Burton, me conquistó con Eduardo Manostijeras y Pesadilla antes de Navidad, extravagantes y diferentes, ¿te imaginas una película de ambos?- pregunto todavía siguiendo la trama de Kill Bill, por duodécima vez.

-          Sería una apoplejía en todo su esplendor para mi persona.

Me río de su ocurrencia. Billy y los gemelos fueron a ver a la madre de Catherine por el fin de semana, la señora me agrada, menos cuando pretendía vestirme en Navidad con esos horrorosos jerséis de renos con pompones brillantes, solo de pensarlo me da escalofríos. No, ni de coña iba yo a acercarme a la señora; además tuve trabajo de emergencia en el taller por la tarde. Cuando Zoey llamó para noche de chicas casi suspiro con alivio, los sábados por la noche son días de tensión no liberada en mi cuerpo y necesitaba de un ancla que me sujetase de hacer alguna pequeña estupidez. Hayley terminó con un virus estomacal en la cama, por lo que esta noche no nos acompañaría. Lo mejor de mi relación con las chicas es  la ausencia de planes con música a decibelios dementes y vasos de chupito siendo drenados por las gargantas de la gente a mi alrededor.

Y luego estaba por supuesto el tema de primo/hermano/amigo.

Caleb y Deon. Dos contradicciones andantes. Definitivamente ambas apariencias no tenían nada que ver con sus respectivas personalidades, un pequeño deje de chico malo por aquí, el niño familiar por allá. Son como un rompecabezas, uno que de verdad, no necesito. Tan atrayentes por si mismos y repelentes por lo que representan.

Problemas.

-          Creo que deberíais dejar de comeros la cabeza- dice Zoey cortando el silencio, ni siquiera me había dado cuenta que la película había terminado en una pausa.

-          ¿A qué te refieres?- pregunto sin responder.

-          Tenéis alguna mierda pasando por vuestra cabeza. Los tres- como la mierda, su mirada ahora mismo no es amable.

-          ¿Podrías por favor dejar de hablar en clave aquí? No sé de qué me estás hablando.

-          Caleb. Deon. Tú.

-          ¿Qué tienen que ver conmigo?- mi tensión está aumentando cada vez más.

-          Sé cómo os miráis.

-          No nos miramos de ninguna manera- respondo tajante- Solo he hablado con Deon cuatro veces en mi vida y ni a eso he llegado con Caleb. Estas hablando incoherencias- intento dar por terminada esta conversación.

Y es cierto, Deon se ha acercado un par de veces a mi, una en el garaje tras llevarse su coche, vino a preguntarme sobre ruedas. Mentiroso, un hombre que cuida así de su coche... ya sabía todo lo que le explicaba. Las otras fueron en el instituto, algún acercamiento a mi casillero y una sonrisa deslumbrante como saludo.

-          Hablando de los reyes de Roma.

El teléfono de Zoey está sonando y en la pantalla aparece una foto de Caleb que realmente me encantaría tener. ¿Qué carajos?

-          Dime- pasan unos segundos- No, no estoy en casa- las voces al otro lado son algo frenéticas y los ojos de mi amiga loca se abren como platos- Mierda...os voy a matar. Espera- Se gira hacia mi- Necesito un enorme favor querida amiga, maravillosa mujer de este planeta- termino dándole la dirección de mi casa y ella la suelta por el aparato todavía algo asustada.

Como mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora