Don't look at me! [ˢᵘⁿᵍʲᵃᵏᵉ]

O 4 - Drunk

Jake se encontraba sentado en su escritorio, removiéndose constantemente por la ansiedad que no podía controlar. Las horas pasaban demasiado lento para su gusto, y la mezcla de feromonas le estaba afectando la cabeza. Solo faltaba una clase para por fin poder ir al campo de fútbol y saber si es que estaba dentro del equipo o no. Sus largas manos sudaban, no servía de nada secarlas con la tela del pantalón. Lo que el profesor de aritmética decía no parecía ser tan importante en esos momentos como la mosca que pasaba frente a él.

Jay, a su lado, lo observaba de reojo de vez en cuando, percatándose del nerviosismo que tenía su amigo, el cual se lo estaba contagiando. Devolvió a su lugar los gruesos lentes que llevaba con la punta del dedo, como solía hacerlo, mientras con su lengua, jugaba con sus afilados colmillos, sedientos por enterrarse en el cuello de un lindo Omega con olor a fresas.

Harto de lo inquieto que el Omega a su lado se encontraba, le dio un golpe en el hombro para que comprendiera que le estaba alterando los nervios. El pecoso, apenado, susurró un "lo siento" y se quedó estático en su silla, esperando a que el timbre sonara y llegara la siguiente clase rápido.

→◦「🍂」

—Bien muchachos, en cuanto las animadoras terminen de practicar, les diré quienes lograron ingresar al equipo.

Indicó el entrenador Lee, para después sentarse en una banca y conversar con la Beta que dirigía a las porristas. Jake y Jongseong estaban en las gradas, esperando pacientemente a que les dieran las buenas nuevas. Un muchacho alto, con rasgos extranjeros, se acercó. Lo había visto el día de las pruebas, pero nada más. El rubio se sentó junto a Jay, quien ahora estaba con la nariz metida en su libro favorito y no prestaba atención a lo demás. El muchacho olía a lima, un olor bastante agradable y leve, casi no se notaba.

—Confío en que el entrenador lo deje en el equipo, Hyung.— Habló el muchacho, mientras veía hacia la cancha.

—Tú también juegas muy bien. ¿Cuál es tu nombre?

—Oh, no me presenté. Soy Nishimura Riki, Alfa, japonés, 15 años. Usted es Jake, ¿Verdad? Me impresionó aquel día. Nunca había visto a un Omega con tal determinación.

El muchacho sonrió satisfecho. Le gustaba que las personas reconocieran sus logros, y era aún más halagador viniendo de un Alfa.

—Usted es Jongseong, ¿Verdad? Lo he visto muchas veces en el auditorio. ¿Le gusta mucho la música?

—Le gusta más el que hace la música, ¿No, Jay-ah?— Lo codeó Jake, haciendo que este rodara los ojos y un muy leve rubor pintara sus mejillas. Era gracioso presenciar a un Alfa sonrojado; algo que no se veía todos los días.

—No puede ser, ¿Le gusta Jungwon Hyung? Esto es chistoso, porque... ¡Oye!— Se quejó al sentir un zape en la parte trasera de su cabeza. Gia estaba parada detrás de él, evitando que el muchacho dijera algo de más. Su larga melena estaba recogida en una alta coleta y tenía el saco de la escuela amarrado en la cintura, sobre su blanca falda. Tomó asiento junto al quejumbroso Riki, diciéndole cosas que nadie más pudo escuchar.

Jake la observó atentamente. Sin dudas era una chica hermosa. Su aura era bastante agradable y aunque no hubieran pasado mucho tiempo juntos, sabía que era una buena persona.

—¿Oyeron que Lee Minho va a hacer una fiesta para los nuevos integrantes del equipo? Será en su casa esta noche. Podrán asistir todos los miembros del equipo y cuánta gente ellos quieran invitar.

—¡Uh! Entonces tenemos que entrar. Los invitaremos a todos~

Celebró el japonés, haciendo un baile chistoso. Hablaron unos minutos hasta que el entrenador los llamó nuevamente e hizo que bajaran de las gradas.