O 3 - Insomnia

1.6K 221 132
                                    

La morena se paseaba por los salones, buscando al Alfa para al fin poder irse a casa. Gia, la bonita Beta italiana, era a quien Sunghoon cortejaba desde hace un par de meses, cuando tuvo la valentía de confesarle que le atraía mucho. Era de estatura promedio, su cabello muy largo, negro, ondulado y brillante. Sus ojos eran de un precioso color miel y su piel de un delicado color caramelo. No era precisamente la muchacha mejor dotada con "atributos femeninos", pero se mantenía delgada y saludable.

Gia era una excelente estudiante, al igual que una persona maravillosa. Servicial, atenta y amable, además de hermosa y elegante. Su voz era melodiosa, pero no llegaba a ser encantadora como la de un Omega. Era definitivamente una buena muchacha que había llamado la atención de un bonito Alfa de cabello platinado. Se habían conocido en clase de inglés, cuando ella no encontraba un lápiz y él se ofreció a darle uno, sin saber que no tenía más. Cuando acabó la clase, Sunghoon, bastante avergonzado, le pidió a Gia que le prestara sus apuntes, debido a que no había escrito nada por darle su lápiz.

Desde allí comenzaron a platicar muy seguido. No tenían demasiadas cosas en común, pero sí las suficientes como para mantenerlos unidos y charlando por largas horas. A Gia le gustaba mucho Sunghoon, y le gustaba creer que sus sentimientos eran correspondidos. Si, el muchacho también se sentía atraído por la Beta, pero no era precisamente un sentimiento estremecedor; por lo que se convenció a sí mismo de que con el paso del tiempo, se enamoraría de ella.

Gia se sentó en las gradas de la cancha, después de darse cuenta de que su "casi algo" estaba en el ensayo de la banda. Solía sentarse entre el público para apoyar a sus amigos, pero por lo que escuchaba; a Jungwon no le estaba yendo muy bien y definitivamente no quería ver como regañaban al pequeño Omega con ojos de gatito. Esa tarde se estaban llevando a cabo las pruebas para el equipo de fútbol de Alfas y Betas, por lo que su atención recayó en el pasto y los chicos parados sobre este. Llamó su atención un muchacho, ya que por su escasa estatura entre los otros, lograba captar las miradas de las personas a su alrededor.

¿Qué hacía un Omega entre Alfas y Betas? Era la pregunta que se hacían todos los que se encontraban sentados en las gradas. Algunos apostaron a que barrerían el piso con él, otros a que él barrería el piso con los demás... Y luego estaba Gia, quien observaba con mucho entusiasmo al Omega que corría ágilmente de aquí para allá. Le pareció encantadora la manera en la que sacudía su cabello de manera vivaz, sintiéndose como el dueño de la cancha.

Al terminar el partido, muchas fueron las personas que se levantaron para aplaudir el arduo trabajo que había impartido el bonito Omega, incluída Gia. Le parecía increíblemente heróico lo que el muchacho había hecho. Más abajo, cerca del campo, el distinguido aroma a madera fresca se hacía presente. El Alfa del que estaba enamorado el pequeño Jungwon desde hace un par de años estaba ahí, aplaudiendo con fervor. Decidió acercarse, puesto que le parecía alguien muy agradable y jamás había podido intercambiar palabras con él. Su cabello, tejido en una larga y despeinada trenza, ondeaba en el viento mientras bajaba las escaleras y se sentaba junto a Jongseong.

Ciao ragazzo. — El Alfa dio un brinco por el susto, sus gafas subieron y bajaron, lastimando el puente de su nariz. Observó a la Beta con una pequeña sonrisa de lado, también la había visto muchas veces en el auditorio. —Eres Jongseong, ¿Verdad?

—Si, ese soy yo. Tú eres Gia, ¿Cierto?— La Beta asintió, para luego extender la mano derecha hacia el menor y estrecharlas.

—Qué raro, sueles estar a esta hora en el auditorio. ¿Qué haces aquí?

—Oh, mi nuevo amigo vino a postularse para el equipo. No quería venir solo, así que lo acompañé. Su nombre es Jake, era...

—Era el Omega, lo sé. Tu amigo juega increíblemente bien, tiene mi respeto. Espero que el entrenador lo acepte; realmente se lo merece.—  Jay asintió, estando de acuerdo con la morena. Compartieron una mirada cómplice, para después seguir viendo el campo de juego.

Don't look at me! [ˢᵘⁿᵍʲᵃᵏᵉ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora