2 3 - Heat

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Los ojos de Jay se abrieron de par en par. ¿Cómo que "necesito a Sunghoon"? Se supone que ellos dos estaban únicamente fingiendo delante del hermano del baterista para que lo dejara en paz, pero aquí no estaba Jungkook y él estaba entrando en pánico porque Jake se empezó a arrancar los zapatos.

—¡Que me traigas a Sunghoon, joder! —Exclamó, en lo que más parecía un gemido. Jay dio un brinco, saliendo de su trance. A él no le incumbía lo que su amigo hiciera, pero Chris y Felix confiaban en que él lo cuidaría.

—¿E-estás seguro d-de que quieres pasar tu celo con...? —Pero fue interrumpido por la voz jadeante del Omega.

—Necesito a Sunghoon, no me importa nada, solo necesito que venga. ¡Este dolor es insoportable! —Rugió, con la voz silenciada por los gemidos que de su garganta salían sin que él lo permitiera. Asustado, salió corriendo del baño, no sin antes asegurarse de poner el cartel de "no habilitado" en la puerta.

Corrió lo más rápido que pudo hasta llegar al auditorio. Sus pies corrían solos y no entendía cómo había logrado atravesar todo eso en tan poco tiempo. Al llegar, apartó de un empujón a varias de las personas que estaban en su camino. La música paró en cuanto todos lo observaron correr desenfrenadamente hasta el escenario.

—¿Qué pasa, Gigi? —Preguntó Jungwon, agachándose para mirar de cerca a su Alfa. Sunghoon no pudo evitar sentir aquel fuerte olor irrumpir en sus fosas nasales. Jay, rojo por haber corrido tanto y pálido porque se había mareado, no podía hacer más que murmurar cosas sin sentido. Todos esperaron impacientemente a que el muchacho se calmara un poco.

—Jake... —Logró decir, pero se mantenía hiperventilando.

—¡¿Jake qué?! —Saltó Sunghoon, acercándose al menor. Este lo vio desde abajo y volvió a intentar hablar.

—Sunghoon... Baño... Omegas... —Jadeó, sintiendo como su pecho se comprimía cada vez que pronunciaba una palabra. El baterista frunció el ceño y a toda velocidad recogió sus cosas. Se puso la mochila en los hombros y bajó el escenario de un salto. —Espera... Lo necesitarás...

Dio una última bocanada de aire, sacando de uno de los bolsillos de su pantalón un pequeño sobre negro, el cual le entregó al platinado. El muchacho lo vio con el ceño fruncido, pero agarró con fuerza el sobre y emprendió su camino, dando zancadas enormes y casi volando. Su Alfa estaba desesperado por llegar con Jake.

Al llegar al pasillo en que se encontraba el baño de los Omegas, el olor se hizo imposible de ignorar. Frenó en seco al oír los pequeños jadeos provenientes del baño y tragó grueso. Sintiendo su cara palidecer y su corazón zumbando en los oídos, vio la mano con el sobre. Nervioso, abrió el pedazo de papel y se encontró con cuatro paquetes de preservativos.

Sus ojos se abrieron de par en par y el corazón pareció detenerse por unos cuantos segundos. Su cabeza empezó a conectar rápidamente los cables, hasta que entendió lo que sucedía. En ese momento recordó que Jake no tenía permiso de ir a la Academia ese día, y ya comprendía por qué. El australiano había entrado en celo, no tenía más supresores (como le había escrito en la mañana) y estaba ahí pidiendo su ayuda.

Era la primera vez que siquiera estaba cerca de tener relaciones con un Omega. El corazón volvió a acelerarse y las mejillas se le pintaron de carmín. Su cerebro racional le decía que fuera por un paquete de supresores y su Alfa aullaba desgarradoramente, haciendo que sus piernas se movieran solas directo al baño. Luchando con todas su fuerzas con su instinto de Alfa, abrió la puerta y lo que vio hizo que todo deseo de salir corriendo se esfumara.

Jake se encontraba sobre el lavabo, con las piernas abiertas y los pies sobre la cerámica. Su espalda se arqueaba constantemente y sus expresiones lo decían todo. El olor a café casi desapareció, quedando solo un fuerte y atrayente aroma a caramelo.

Don't look at me! [ˢᵘⁿᵍʲᵃᵏᵉ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora