Don't look at me! [ˢᵘⁿᵍʲᵃᵏᵉ]

2 4 - Freckles

Apolline se encontraba dándose una ducha de agua tibia en el baño de Omegas. Estaba agotada por aquel día tan exhaustivo. No podía creer que el profesor de biología les hiciera un examen sorpresa (que realmente no lo era, pero la clase anterior había estado tan ocupada en ver pasar a Sunghoon que no escuchó cuando el docente dio el anuncio).

Normalmente no acostumbraba a bañarse en lugares públicos porque le daban asco aún si estaban impecables, pero se sentía sucia después de haber sudado por dos minutos mientras caminaba a través de esa gran marea de estudiantes cansados y hambrientos que salían de sus clases.

El cabello lo tenía amarrado en un moño mal hecho, con un gorrito de baño cubriéndolo. El jabón con el olor de sus feromonas cubría su cuerpo mientras tarareaba alguna canción que escuchó en la mañana. De pronto escuchó que algo sucedió en la entrada y que alguien hablaba a lo lejos, pero el baño era tan grande que no llegaba a sus oídos lo que había sucedido.

Sintió que todo el mundo salía rápido y se puso nerviosa, por lo que sacó todo el jabón de su cuerpo a la velocidad de la luz. ¿Que tal si había un incendio y no lo había escuchado? No quería terminar reducida a un pequeño pedazo de carbón, eso era seguro.

Se secó a la carrera, sin escuchar nada de lo que afuera estaba sucediendo. Tomó el vestido rosado y se lo colocó lo más rápido que pudo. Peinó su cabello y calzó sus zapatos. Cuando estaba por salir con todas las cosas casi cayendo de su mochila, olió un olor particular que no le agradó desde el primer momento.

Aquel olor a caramelo y un toque de café amargo era suficiente razón como para querer vomitar, según ella. Por un momento, algo le dijo que era mejor no salir. Escuchaba jadeos y el olor era tan fuerte que solo podían significar una cosa; Jake estaba en celo. Quizá quedarse allí sería interesante, ¿No?

Retrocedió un poco y colocó sus cosas lo más cuidadosamente posible en el lugar en donde estaban antes. Sacó su teléfono y sus audífonos por si acaso eran necesarios. Se paró en uno de los banquitos, pero aún era demasiado baja como para ver por la pared, así que bufó en silencio y bajó de la butaca.

Pero una voz se le hizo demasiado conocida como para poder ignorarla. ¿Qué hacía Sunghoon allí? ¿No se supone que tenía ensayo con la banda? ¿Por qué había venido con Jake si estaba en celo? Ella, en su pequeña mente de polilla, pensaba que estaba logrando enredar a Sunghoon en sus "redes", lo que no podía estar más alejado de la realidad.

Curiosa y un tanto furiosa, pegó su oreja a la fría puerta de metal. Ella estaba en uno de los baños al fondo y por lo tanto, le era difícil escuchar con claridad lo que decían.

—Maldición... Acércate, Sunghoon. —Escuchó vagamente, haciendo que abriera levemente la boca y entrecerrara los ojos, pegando más su rostro hacia la puerta. Estaba intrigada, no entendía muy bien lo que significaba. De pronto todo estuvo en silencio, pero rápidamente el silencio fue opacado por el claro sonido de un beso. Jake y Sunghoon se estaban besando, y Apolline estaba ahí.

¿Qué tan mal podría salir?

Nunca hagas esa pregunta porque créeme; puede salir mucho peor de lo que tu cerebro puede imaginarlo.

La chica estaba sonrojada. Sus manos temblaban y le costaba respirar con facilidad. Jamás había estado en una situación así y estaba empezando a desesperarse. Comenzó a dar vueltas en círculos en el suelo del baño, descalza, para no hacer ruido. Rápidamente tomó sus audífonos. Definitivamente no quería escuchar cómo aquellos dos pasaban juntos el celo del menor, pero una idea vino a su mente en cuanto Jake mencionó su arrepentimiento por haber mostrado algo.

Con cuidado, tomó su teléfono y abrió la cámara. En sus labios se formó una sonrisa maliciosa; una sonrisa que sin duda alguna no significaba nada bueno. Se arrodilló frente a la puerta y posicionó la cámara debajo de esta, en un lugar que no fuera visible para ellos pero que captara lo que estaba sucediendo allí.