O 7 - Stay

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Sunghoon no se dio cuenta de lo que estaba haciendo sino cuando estuvo en frente de la casa de los hermanos Shim. El puño le tembló en el aire, debido a que no se atrevía a tocar aún. No sabía por qué las situaciones siempre lo terminaban juntando con aquel arisco Omega. No lo malinterpreten; pasar tiempo con Jake era agradable y sin duda alguna, era un chico muy interesante y divertido. Pero desde el principio, se había mostrado un poco reacio a ir más allá de conversaciones banales y saludos cordiales. Se vio a sí mismo intentando que el muchacho le prestara una pizca de atención desde el día en que chocaron en el pasillo de la Academia, lo que hizo que su Alfa rugiera con fuerza. Con más miedo que otra cosa en su sistema, tocó la puerta de madera blanca frente a él.

Nadie se había muerto de vergüenza, ¿Verdad?

Eran casi las nueve de la noche y él estaba ahí, llamando a la puerta de un Omega al cuál no conocía más allá de lo que éste le había mostrado. Pensándolo bien, supo más de él gracias al alcohol que por su estado completamente cuerdo. Jake era sin duda el ser más complejo y misterioso que había conocido en su corta vida, y por alguna razón, eso lo atraía aún más hacia el lindo Omega de rostro lleno de pecas. Los pasos se escucharon dentro del departamento, hasta que escuchó cómo alguien se acercaba.

¿Qué hay? ¿Quién es? ¿Qué quiere? —Escuchó la voz que reconocía como la del Omega que había conocido más temprano. Le hizo gracia la manera en la que imitaba perfectamente a Edna Moda.

—Soy Park Sunghoon. Quisiera ver a Jake, por favor. —Respondió, alzando la voz lo suficientemente alto como para que el rubio lo escuchara.

El Omega salió corriendo hacia la habitación de su cuñado-no-cuñado, quien estaba con las piernas hacia arriba en la pared, intentando leer aquel Webtoon que le había gustado tanto. En ese momento estaba usando lo más parecido a un crop top que, al ser no tan grande, dejaba a la vista el ligero bulto que su pecho hacía, así que al sentir como el muchacho abría la puerta de golpe, se asustó y colocó su almohada en aquella área. Esa noche Chris había tenido que cubrir turno nocturno en el restaurante, así que dejó a su querido hermano al cuidado del Omega, puesto que sabía que era responsable y sentía un gran afecto por este.

Felix se acercó agitado hacia el moreno, quien lo veía con una mueca asustada. El rubio podía ser muy raro de vez en cuando. No podía hablar, al parecer correr por todo el departamento como un maniático lo había dejado sin aliento.

—¿Qué pasa, Lix?

—Tu... Él... Alfa... Ah...

—Respira y dime, porque no te entiendo.

—Tu amigo Sunghoon está aquí, de nuevo. Me pidió hablar contigo. —Jake, más que avergonzado, estaba confundido. ¿Por qué el Alfa quería verlo después de aquellas escenitas que armó la noche anterior? O peor, ¿Su madre le había contado sobre las cicatrices y sus pechos y ahora estaba aquí para proponerle un trato a cambio de no revelar sus secretos?

Vamos Jake, muchas películas americanas adolescentes.

Focus.

—Dile que me fui por el retrete. —El rubio lo miró con reproche, esperando a que tuviera una respuesta más coherente. —Aish, le quitas lo divertido. Dile que no estoy.

Felix no estaba conforme con eso. El muchacho por fin tenía personas que querían disfrutar del tiempo a su lado y este las rechazaba. Entendía perfectamente lo traumado que debía de estar, pero no era excusa para alejar a todos de su vida. Fingiendo demencia, salió de la aún vacía pero desordenada habitación de Jake para ir hacia la entrada, mientras que el menor encendió nuevamente su celular y siguió leyendo aquel cómic sobre princesas.

Don't look at me! [ˢᵘⁿᵍʲᵃᵏᵉ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora