Me casé con un extraño || NamJin

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<Me casé con un desconocido>

Narra Jin :

Cuando salimos del cuarto todos rápidamente voltearon a vernos, me puse nervioso por un momento, pero NamJoon volteó a verme con una sonrisa y apretó mi mano.

— ¿Es realmente bueno o realmente ingenuo? — pensé sin dejar de caminar.

Frene mi caminar al llegar al medio del camino hacia el altar, y suspiré.

— ¿Y bien? — dijo mi tía. Es una chismosa, pero no la juzgo creo que saqué eso de ella.

— Nos vamos a casar — dije levantando la mano de NamJoon y mía entrelazadas. Todos comenzaron a gritar de emoción.

— Lamento interrumpir, pero no nos queda mucho tiempo, si se van a casar, casense ya — dijo el cura.

— No se puede casar con esas fachas, ve con la sirvienta, ella te dará algo decente — dijo mi madre con algo de desdén apuntando a NamJoon.

Las sirvientas se lo llevaron al cuarto de antes y le dieron varios trajes a probarse, por suerte había traído más reemplazos de diferentes tallas, por si alguien se ensuciaba; Después, de unos 15 minutos NamJoon salió con un traje que le quedaba a la medida, de color negro, un moño negro y su cabello cepillado, parecía que le ubieran puesto un spray con brillos por que su cabello entre café crema o gris crema brillaba. Tengo que admitir que se veía bastante atractivo con el traje remarcando su figura.

— Sé que son hombres los dos, pero ¿Quién es la novia? Por así decirlo — preguntó mi primo.

— ¿Eh? — solté por accidente.

— Ya sabes, para que caminé desde la entrada como si fuera la novia — explicó.

— No lo había pensado — dije en mi mente y traté de lucir lo más tranquilo posible.

— Creo que NamJoon — dije señalandolo.

NamJoon me miró raro, parecía entre asustado y sorprendido.

— Oh, ya veo — dijo mi primo con una cara que nunca había visto. Al igual que todos se sorprendieron y yo no entendía porqué.

— Jinnie, puedes venir conmigo un segundo — dijo NamJoon haciendo un ademán con su mano. Yo le obedecí.

Me susurró al oído. —  Jin, a lo que se refiere tú primo es... — le presté atención, no podía creer que hicieran esa pregunta, con razón se sorprendieron tanto cuando les dije que NamJoon. Mi rostro se sentía caliente, NamJoon me vio y dijo que tenía las mejillas rojas.

— ¿Y tú cómo sabés de eso? — le susurré en el oído.

— Tengo dos amigos que están en una relación, y por eso sé — me dijo en susurros.

— Entonces, ¿Quién tomará el rol? — susurré.

Namjoon se quedó serio.

— Ya está haciendo un gran favor por mí, lo mínimo que puedo hacer es aceptarlo —. Suspiré, cerré mis ojos y luego los volví a abrir.

— Yo soy la novia — dije y todos voltearon a verme, incluso NamJoon con cara de sorprendido. — Yo soy la novia — repetí y sentí como mis mejillas se llenaban de un calor, estaba tan avergonzado.

— Está bien, entonces toma el ramo y ponte el velo, yo te llevaré hacia el altar — dijo mí tío. Creo que mi mamá no estaba dispuesta a hacer aquello aunque había accedido a que nos casaramos.

— ¿Es necesario el velo? — pregunté.

— Sí — me respondieron todos al unísono.

No tuve más opción que aceptar, sinceramente tampoco sabía si en una ceremonia matrimonial gay se usaba eso o que otras cosas se usaban o se hacían, aunque sabía de la existencia de estos nunca averigüé sobre el tema.