Capítulo seis

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Le acaricio lentamente la zona del cuello donde mis lágrimas le han tocado. Está mojada. Le planto un beso encima de la húmeda piel.

Nuestras respiraciones se han ido acompasando. No me puedo creer lo que acaba de pasar, pero sí. Ha pasado. ¡Daniel Tayson me ha besado! Estoy en una espiral de emociones muy diferentes, alegría, deseo y pena. Por él. Por lo que tiene que estar pasando.

Le miro a los ojos. Los tiene muy abiertos, está igual de sorprendido que yo.

La puta que se hace llamar Leticia ha difamado mentiras sobre él, y ha intentado llevarse a Ricci, no merece llamarse mujer. Encima él no puede prohibirle que vea a los niños, eso demostraría que esa... guarra tiene razón, cuando no lo es.

Daniel es muy bueno... Es adorable. Tiene un corazón demasiado grande. Y pensar que Leticia ha sido la que lo ocupó durante... ¿cuánto? ¿Diez años? Es injusto. Se merece todo el amor que da.

-¿En qué piensas?-me pregunta sacándome de mis pensamientos.

-En que la vida ha sido muy injusta contigo-le beso suavemente en la mejilla.

Asiente y no dice nada. Le paso la mano por su pelo alborotado, negro. Me encanta su pelo.

-Podría pasarme así horas-me da un beso en la comisura de los labios-, pero tengo que volver a la empresa y dejar a Ricci en casa.

Sonrío.

-Te paso a recoger a las ocho, ¿vale?-dice acariciándome el labio inferior con el dedo pulgar.

-Vale-cojo mi bolso del asiento del acompañante.

Antes de abrir la puerta me coge la mano, me pilla por sorpresa.

-Y no llores más, por favor.

Me acerca a su cara, con su aliento ardiendo entre nosotros.

-Solo si me prometes que tú tampoco llorarás. Eres... un ángel. No mereces llorar por mentiras y gilipolleces.

Me roza los labios con los suyos. Inclino la cabeza hacia delante y empiezo otro largo y desaforado beso.

-Te lo prometo-dice sin aliento-. Entonces, ¿esta noche me acompañas al aniversario de Stefan?

-Sí. ¿Cuántos años hace con su mujer?

Se ríe.

-Con su mujer no sé, ni siquiera tiene. Pero con su cadena de restaurantes hace dos años.

Oh, Alex. Acabas de meter la pata bien metida, ¿eh?

Abro la puerta del coche y me bajo de su regazo, pero no quiero irme.

-Hasta esta noche, señorita Stan.

-Hasta esta noche, Daniel.

Sacude la cabeza riéndose y arranca el coche. Le lanzo un beso antes de que empiece a alejarse. Oh, Daniel.

Charlotte no está en casa. Bien. Me ahorro las preguntas y comentarios que me habría empezado a hacer.

Me siento en el borde de mi cama. Es... es imposible. Salí de aquí con esperanzas y volví con el sabor de Daniel en la boca. Han pasado tantas cosas en tan pocas horas. Oh, los paparazzi. Me han fotografiado con él. Espero no aparecer en la prensa, no, Dios.

Daniel besa tan bien. Me encanta. Es super tierno conmigo, y yo con él, espero.

Pero... ¿a esto se le puede llamar amor? Sí. Claro que sí. Nos conocemos desde hace poco, pero nos gustamos mutuamente, y eso es lo que importa. Quién lo iba a decir, Alexandra Stan enamorada.

Quiéreme, por favor (Completa pero editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora