Capítulo treinta y cuatro

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No sé cuanto tardo en volver a vestirme, pero no exagero si digo que casi veinte segundos. Cojo las llaves y el móvil, marcando el número de Stefan de nuevo.

-¿¡Lo han trasladado de habitación!?-digo gritando.

Bajo las escaleras a trompicones, sorprendiéndome de no caerme. Abro la puerta del garaje con el mano y entro en el coche.

-No, no... Estamos todos aquí.

-¿Todos?-arranco el coche, y sujeto el móvil con la oreja y el hombro. Piso el acelerador, ¡quiero llegar ya!

-Sí, los padres, Joseph...

Giro en una curva, esquivando por poco a un coche. Mi corazón va a mil. ¡A mil! Cojo la palanca de cambios y voy aún más rápido.

-¡Háblame claro, joder!-le exijo muy cabreada.

-Y Chelsea...

El nombre me activa todavía más.

-¡Me está diciendo-grito, acalorada- que esa pedazo de furcia asquerosa sabe desde antes que yo que van a despertar a Daniel del coma!

Stefan se queda callado. Mi genio ha estallado. Aprieto con fuerza el volante y me muerdo el labio inferior. Un ligero sabor a sangre me invade las papilas gustativas.

-Ella llevaba aquí toda la mañana...

-¿Quieres decir que no me he enterado por no estar ahí? Mira, no me calientes, porque estoy que reviento.

Lanzo el móvil al suelo con una furia enorme. ¡AGH! Necesito llegar ya. Van a despertar a Daniel Dios... ¡Lo van a despertar! Pero lo que me cabrea es que quisieran que fuera a la playa y ellos sabiendo desde la mañana que lo iban a despertar. ¿Qué se les pasa por la cabeza?

Aparco en la acera frente al hospital y salgo corriendo. Tengo que llegar ya. No hay nadie en la entrada asi que subo las escaleras y entro en el hospital. Subo, y hoy el ascensor me parece demasiado lento. Ya llego Daniel, ya llego.

Al salir del ascensor al primero que veo apoyado en una pared, fuera de la habitación es a Stefan. Abre los ojos y se pone visíblemente nervioso.

-No empieces a gritar...-me pide alzando las manos-. Hemis sido unos estúpidos, pero sabíamos que vendrías nada más enterarte...

-¡Pues claro!-exclamo-. Llevo una semana cardiaca porque despierte...

-Pero no sabes lo malo que es esto. Al despertar estará muy confuso, y sabemos que tú...

¿Qué yo qué? Ah... Creo que le entiendo.

-Vosotros no me conocéis de nada. ¿Martha lo sabe?

-No... De veras que lo sient...

-Quiero verle.

Stefan suspira hondo. Luego, con tono cansado, dice:

-Le están dando medicación que contrareste la sedación. Despertará en cosa de una hora o más...

Aún así quiero verle. Paso por su lado sin dirigirle otra mirada y entro en la habitación, donde están Kevin y Hamilet. Kevin sonríe y sacude la cabeza al verme, con ese gesto se me parece tanto a Daniel... Hamilet me mira de reojo. También hay un médico al lado de Daniel.

Y mi hombre... Como siempre. Pero ya no tiene esa máscara.

-Hola-le digo a Kevin, que está apoyado en la pared por un hombro.

-Hola, preciosa-me da un abrazo.

El médico me cuenta que las heridas le han curado rápido, y que ya no le dolerá a Daniel tanto. Que simplemente le molestará lo mínimo. Pero cuando despierte hay que tener tacto y tratarlo con suavidad, ya que estará en shock. Y que tendrá una revisión todos los días tanto fisica como mentalmente, solo por si acaso.

Quiéreme, por favor (Completa pero editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora