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Alejandro Lombardo

Me levante más temprano que ella por lo que me duche y me arregle en minutos.

Luego fui a la cocina para preparar su desayuno y el mío.

Hoy el desayuno seria unos huevos revueltos con tocineta para los dos.

Fui a la habitación para despertarla, pero la cama estaba vacía.

El agua de la ducha me dejo saber perfectamente en donde estaba.

Fui para colocar el desayuno en nuestros platos y volví a la habitación para verla vestirse.

-Ya esta el desayuno- la abrace por su espalda

-¿Qué haremos hoy?- se giro para verla con su sostén

-Dios así me dan ganas de hacerte mía- mis ojos se fueron a sus senos

-Mis ojos están acá- levanto mi barbilla

-Quiero pasar el día tranquilo contigo- me separe para que se colocara su camisa

La vi sonreí mientras colocaba su camisa para luego ir juntos a desayunar.

-Ven- la senté en mis piernas

-Comamos como antes- ella asintió mientras acercaba su palto

No quería pensar en nada que no fuera entre nosotros.

Hablamos de temas irrelevante durante desayunábamos.

Al terminar me encargue de limpiar todo para irnos.

Amaba tener su mano con la mía en todo momento.

Caminamos por el lugar sintiendo lo que sentíamos por el otro.

-¿Qué pasara cuando volvamos?- la mire mientras seguíamos caminando y luego mire nuestras manos.

-Seguir luchando- levante nuestras manos

Ella sonrió mientras continuábamos caminando.

-Víctor- sentí como Chloe apretaba mi mano

Gire para ver a Ellen caminar hasta nosotros.

-¿No van para el taller de cerámica?- se me había olvidado que hoy debíamos pintar

-Si, iremos en minutos- respondió Chloe acercándose a mi

-Podemos ir juntos entonces- Ellen intento tomarme brazo, pero Chloe lo detuvo

-Tenemos cositas que hacer solos- Chloe beso la comisura de mis labios robándose una sonrisa

-Lo siento- Ellen se fue

-¿Qué cositas vamos hacer?- me emocione rápidamente

-Darnos unos besos e ir al taller- sonreí negando

Ella me beso para luego limpiar mi labio inferior.

-Vamos- asentí para seguir juntos

-Pensé que la pareja Lombardo no llegaría- la profesora me sonrió

-Pero aquí estamos, mas feliz que nunca- levante nuestras manos

-Bueno se tendrán que separar para poder trabajar hoy- los dos asentimos para quitarnos nuestros abrigos.

Nos sentamos en nuestra mesa en donde estaban nuestras piezas.

Los dos estábamos como en una burbuja de nosotros nada más.

-Hice que se encajaran nuestras tazas- ella mostro el mango de su taza que podía unirse con la que yo había creado.

-Es lindo- le sonreí

Mi Diamante PreciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora