Mi Diamante Precioso

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Había llegado el primer miércoles de adiestramiento.

Llegue un poco más temprano para poder preparar todo.

Claramente las piezas pasaban por mucho procedimientos en donde a nosotros solo nos quedaba montar las piedras preciosas y venderlas.

Tenía una empresa que me creaba muchas veces los moldes de los anillos en especial.

No es que fuera difícil moldear la plata, pero quería que todo fuera del mejor trabajo.

Prepare una de las piezas más sencillas que tenemos en nuestra pagina web.

Lo único diferente es el tamaño del anillo.

Estaba solo preparando cada pieza hasta que sentí el ruido de unos tacones.

¿Chloe?

Miré a la puerta esperando verla, pero al contrario vi a la interna que trabajaba con nosotros.

-Buenos días- sonrió

-Buenos días- gire mi mirada a lo que hacía

-¿Te ayudo?- negué rápidamente

Moría por que Chloe llegará.

-¿Puedo tutearte?-

Eso era una pregunta o solo estaba confirmando lo que hacía.

-No-

-Creo que soy tu jefe- la mire un segundo

-Total es más sensual llamarlo Señor Lombardo- su personalidad no creaba nada en mi

-Usted sabe que esta aquí por su internado y que no puede tener ningún tipo de relación conmigo- cruce mis brazos

-Es más sensual de lo que me imagine-

-Las revistas no mienten de llamarlo como el empresario más sensual-

Un golpe en la puerta hizo que mirara quien había llegado.

-Chloe- sonreí mientras me acercaba a ella para abrazarla

-¿Me perdí de algo?- susurró cuando nos separamos

Negué sonriéndole

-Ven necesito que me ayudes- tome su mano y la lleve a las mesas en done estaba colocando todo.

-¿Por qué a ella la tratas así?- los dos miramos a la chica

-No le interesa- me limite a decir

-Pequeña porque lo que sucede aquí es algo que no podrás tener jamás- mire a Chloe y ella solo sonreía mientras asesinaba a la chica con su mirada

-La felicidad no dura para siempre- susurró para salir del lugar.

Todavía no eran ni las nueves y ya tenía acción en la oficina.

Al quedar solos tome la barbilla de Chloe y la besé.

-Ahora si buenos días nena- volví a besarla para al final morder su labio inferior

-¿En donde estas aprendiendo?- me miro confundida

-Tienes a un estofón a tu lado que no para de leer en la noche, sobre todo-

-Eres un peligro con lo que estas leyendo- la escuche reírse

-Solo me educó en un campo que no tenía ni idea- continúe colocando los materiales

Me acerque a ella y la gire para que quedara frente a mi.

-Pero me siguen gustando tus clases personales- vi como se le dibujo una sonrisa en sus labios