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-Abre las piernas nena-

Ella sin decir más me hizo caso

No tenía ni puta idea que hacer ahora.

-Entra tu mano en mis bragas- me sonroje de que ella notara que no tengo ni un gramo de experiencia

-Estoy mojada por ti- susurro

Chloe era mucho más bajita que yo, lo que hacía que me encorvara un poco para poderla tocar.

-Me va a dar un calambre en mi pierna- se quejo para notar que estaba de puntitas

Reí para tomar una de sus piernas y colocarla en mi cadera.

Así tenia el espacio que requería.

Con mi dedo explore toda su vagina.

Jamás había sentido una, si había visto un dibujo en la clase de sexualidad.

Me hice espacio entre los labios mayores y menores hasta encontrar el botón que podía iniciar todo.

Vi como ella mordió su labio inferior al sentir como mi dedo lo tocaba.

Sus caderas se movían buscando satisfacerse.

Ella mordía sus labios evitando gemir, lo cual se lo agradecía.

Los guardias podían estar por cualquier parte.

Todo esto me excitaba más al saber que nos podían descubrir.

Ella como podía continuaba menando mi miembro.

Luego de unos minutos acariciando su clítoris pase mi dedo a la apertura de su vagina.

-¿Puedo?- susurre contra sus labios

Ella asintió para luego insertar un dedo

-Mhm- mordió su labio

Saque mi dedo para ahora insertar dos en su interior.

-Sácame las bragas será más cómodo- susurro

Baje su pierna de mi cadera para hacer lo que me dijo

La oscuridad del callejón no nos dejaba ver bien y menos el poco espacio que tenemos.

En mis manos se quedaron sus bragas.

-De recuerdo- sonrió para volver acariciar mi miembro logrando que eche mi cabeza hacia atrás.

Sonreí para guardarlo en mi bolsillo.

Volví a insertar los dos dedos en su interior.

La noche, el momento, Chloe, todo era muy excitante y hermoso.

-Mueve solos los dedos en el interior- asentí para hacer lo que me pedía

Podía sentir como apretaba mis dedos en su interior.

La lluvia volvió a caer empapándonos.

-Mhm- mordió su labio

Su mano continuaba acariciando mi miembro.

Los dos comenzamos a aumentar nuestros movimientos.

Para no gemir la bese.

-Mhm, me vengo- gimió mientras movía su mano mas rápido

Sus caderas se movían de una forma descontrolada

Cuando llego a su orgasmo cerro sus piernas dejando mis dedos prisioneros en su interior.

Ella no dejaba de mover su mano en mi miembro.

Mi respiración se iba entrecortando mientras sentía como pronto eyacularía.

Mi Diamante PreciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora