Mi Diamante Precioso

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-¿Quieres ser mi novio?-

-Pequeño mamá y papá deben tener su espacio- tome el cactus que tenia en sus manos y lo coloque donde debía

Luego coloque mis manos en sus mejillas

-¿Segura de lo que me pides?- asintió – Mañana no te arrepentirás – negó – Sabes que soy celoso contigo – volvió a asentí – No te dejare jamás  de amar y te hare la mujer más feliz. Claro que acepto ser tu novio – bese sus labios

-Ya que estamos en esto, Chloe Palmer ¿quieres ser mi novia?, posiblemente tendremos malos momentos, pero lo importante es dialogarlo siempre- seque sus lagrimas

-Si quiero- se puso de puntita para besarme

El beso de cierta forma se fue intensificando.

Los dos fuimos a la habitación mientras no chocábamos con todo y nos quitábamos nuestra ropa.

-Dios donde quito tu sostén- no había cierre

Era una línea trasparente.

-Son unos parchos- ella se rio para quitárselo

-Aquí tengo las que son mías- no dude en succionar su pezón si previo aviso

-Suave que nos duele- me separe de su pezón derecho para tomar el otro

-Amo tu cuerpo- pase mis manos por el mismo

Ella paso sus manos por mi cuello para llevarme hasta la cama y recostarme sobre la misma

-Te deseo- gimió sentándose sobre mi

-También te deseo nena-

Ella tomo mi verga y se la introdujo dejándome verla en todo su esplendor.

Deje que ella llevar el ritmo toda la noche, quería verla satisfacerse.

-Mas rápido- la tomé de sus caderas y la moví sobre mi

Luego cambie de posición para yo quedar ahora sobre ella.

Bese su cuello dejando una marca en el mismo.

Quería que ella recordara nuestro encuentro sexual.

-Ahhh- gimió mientras cursaba sus piernas detrás de mi evitando que me corriera fuera de ella

Me recosté sobre ella mientras sentía como los dos intentábamos relajarnos.

Me separe un poco de ella para recostarme a su lado.

Ella coloco su cabeza en mi pecho mientras sentía como regulaba su respiración

-Mi novia- acaricie su cabello

Ella levanto su mirada hacia mi.

-Se siente raro- susurro y asentí

Tomé la sabana y cubrí nuestro cuerpo.

-Pensé que jamás podría decir que eres mi novio- acaricie su mejilla

-Sería mas hermoso si dices que soy tu esposo ¿no?-

-Eh...- su nerviosismo fue mucho

-En un futuro seré tu esposo, por ahora me conformo con ser tu novio- acaricie su espalda

Ella se fue quedando dormida mientras yo solo la admiraba.

Hubiera deseado que nuestro primer hijo estuviera aun en su interior.

No podía dejar de mirarla y lamentarme por todas las cosas que hice o dije por mis celos.

***

-Recuerda cuidarte durante la competencia- asentí mientras la abrazaba