CAPÍTULO 12

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Primer amor

Este escenario se está convirtiendo en una pesadilla. Vivir aquí con ella y él está comenzando a perjudicarme. Me acosa por facebook, pero ya hoy se excedió, al entrar a mi habitación, esforzarme para estar con su cuerpo, algo debe estar pasando para que este de esta manera. Temo que regrese y mi cuerpo no aguante más y le pertenezca como ese tiempo lo recuerdo perfectamente.

Chiquillos en el amor, Sergio y Marcos iban juntos a la escuela desde sexto grado. Sus padres los inscribían en el mismo liceo y nuevamente en la misma sección. En Primer año eran grandes amigos. Realizaban los trabajos y exposiciones juntos, existían como uno solo, hasta que llegaron a tercer año, muchas cosas cambiaron. El 14 de febrero Marcos estaba de cumpleaños, ese día había invitado a Sergio para que se quedara en su casa. Siempre había tenido la sensación que lo atraían los chicos, pero Sergio era visto ante sus ojos como un simple amigo. Marcos nunca le confeso que era gay, esa noche sucedió algo que ninguno pudo comprender. Sergio llego a la casa, abrazo a Marcos y le dijo que le tenía un gran regalo, al eso escuchar eso Marcos quedo sorprendido, Sergio nunca había mostrado interés en él, solo mostraba comodidad ante la amistad que tenían. Las horas pasaron, cantaron el cumpleaños y se repartió el pastel, todos los amigos de Marcos se fueron yendo, solo quedaron en la casa, su padre con Sofía en los brazos llorando,  Sergio y Marcos. Subieron a la habitación, compartieron la misma cama, Marcos le pregunto cuál era su regalo. Sergio se sentó, y le dijo a Marcos que se sentara y cerrara los ojos, de repente Sergio se aproximó a sus labios dándole un beso, la reacción de Marcos en ese instante fue empujarlo. Sergio le pregunto si le había gustado, pero no sabía que decir, porque verdaderamente si le había gustado el beso, sin embargo le expreso que estaba loco, Marcos hubiera dado todo por saber que estaba pensando por la cabeza de Sergio. “Marcos desde la escuela tú me gustas, no comprendo lo que estoy sintiendo. Necesitaba sacarlo de mí, en clases de Química no dejo de ver como tu observas a Delio, yo sé que te gusta el. Pero tú me gustas a mí”. Marcos quedo estupefacto al escuchar a Sergio, solo le revelo que era gay y si, Delio le gustaba. Él era tan lindo, delicado, sus labios hermosos, su cuerpo definido, pero Marcos era un simple moreno raquítico, desde que salieron de bachillerato no supo más de él, se fue para Argentina, su familia era de allá y nunca le puede confesar mi amor.
Marcos siguió recordando que esa noche le dijo a Sergio que solo era su amigo y de esa forma lo veía. Lo dejo en la cama y el durmió en el suelo. En plena madrugada el muy condenado se bajó, se acostó a su lado, comenzó a tocarlo, se sentía débil ante él, porque Sergio era una versión de Delio, su piel blanca, siempre tuvo piernas definidas, poco músculo y definidos labios. Lo beso, él se había hecho el dormido, pero su erección lo delato. Entre la oscura habitación, los dos sin hablar se retiraron la ropa. Unos tontos en el sexo, Sergio besaba cada parte del cuerpo de Marcos, era una bestia, como si lo desease desde hace mucho tiempo, Marcos solo se dejaba llevar por sus instintos. Esa noche se sumergieron adyacentes a un éxtasis sexual, se rozaban como dos chicos primerizos, se rieron por las tantas tonterías que hacían, pero el placer fue mutuo. Al terminar Sergio se levantó, encendió la bombilla, los dos estaban completamente desnudos, busco su bóxer, se lo coloco, lo miro y se echó a reír, se lanzó a la cama, solo dijo apaga la bombilla. Marcos quedo traumado, no pensaba que las cosas eran así, quedo tirado en el suelo por un largo momento, pensando en las travesuras que había cometido, se levantó colocándose su short, miro a la cama, Sergio estaba dormido, apago la bombilla y se acostó nuevamente en ese pedazo de tela tirada en el suelo. Había sido un estúpido al acostarse allí, muy temprano se levantó Sergio, estaba acostado a su lado, le dio un beso, Marcos al abrir los ojos, el chico le expreso que él era suyo, su novio y no podía mirar a más nadie. Horas después se marchó a su casa, vivían uno al lado del otro, desde esa noche había comenzado su loca aventura de amor.

Marcos estaba cansado de tanto recordar los eventos de ese día, se arropo y cerró sus ojos.

Mientras en la habitación de arriba Sergio estaba siendo víctima de los celos.

¿Por qué estoy así por Marcos? Que hago, que hago, no puedo más con este peso que estoy cargando, sigo sintiendo algo por él. Me dio celos al verlo con Lucas, mi vida se vino abajo, lo nuestro termino por mi culpa. Todavía lo Recuerdo.

Esa noche que tuvimos el mejor sexo, quede más enloquecido con él. Todavía sigue vivo ese momento, que nos besamos en el salón de clase y la profesora entro, casi nos veía. El corazón se me iba a salir del pecho, Marcos no supo qué hacer, quedo paralizado, sonriendo.

Esos momentos en el baño de varones, muchas veces nos metimos a tocarnos, éramos tan inocentes. Pero yo sentía que él me amaba. Todo estaba bien, hasta que me pidió que les confesáramos a nuestros padres de lo nuestro. Se había vuelto loco, como le confesaba a mi padre que mi pareja era un chico, me mataba.

Después de esos meses de aventuras con Marcos todo se vino abajo, llego Atenas a mi vida y lo empecé a olvidar, lo dejé, nos graduamos, Atenas se fue del país y quede yo solo como un cactus en el medio del desierto. Pasaron los años y Marcos estudiaba en otra universidad casi no lo veía, pero seguía pensando en él, aunque sé que jugué con él, nos cruzábamos en la calle, lo saludaba y parecía que me odiará, el Marcos carismático que conocía yo mismo lo había le matado.

Ahora estoy aquí viviendo con él, sabiendo que esta con Lucas. Mi primer amor está en la misma casa, en la misma ciudad, pero ya no me pertenece. Maldito dilema, ahora la situación es que quiero a Zamire y a Marcos también —Caminaba por la habitación como un preso — ¿Qué le está pasando a mi cerebro? No puedo estar con los dos, dejare que Marcos sea feliz con ese desgraciado de Lucas, yo seguiré con Zamire. Despejaré cada tiempo, tratare de no verlo a la cara, no saludarlo, debo olvidarme de Marcos.

Love At HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora