Del placer al amor
Un mes de lo acontecido en el salón. Roger había querido repetir esa ocasión, lo estaba matando la ansiedad de tocarla, de sentirla, de amarla, Zamire debía ser solo suya.
Sus besos lo dejaron envuelto en una sábana de amor, ella estaba jugando a la pervertida con él, pero la verdad era que estaba pasando algo en él, sentimientos habían estado despertando, debía confesarle su amor. Esos eran sus pensamientos que recorrían su mente mientras caían las gotas de la regadera, pasaba lentamente el jabón por su cuerpo.
El diez de diciembre. Marina preparaba el desayuno para ella y su esposo.
Zamire salió de la casa muy temprano con Sergio. Marcos fue a la última clase con el profesor Jesús.
Lucas y su madre fueron al psicólogo. Las terapias con Lauro estaban llegando a su final.Carlota y Antonio salieron temprano a un viaje para coro, se llevaron a Sofía, iban a pasar las navidades con los padres de Antonio y regresarían a principios de enero. La mujer le aviso a su hijo para que fueran, pero este se negó.
Carolina y Aurelio vigilaban las cosechas y el ganado, este año las ventas estaban siendo exitosas. Le escribieron un mensaje a Zamire para que asistiera a la cena de noche vieja junto a Marcos y Sergio, ella acepto la invitación.
Sonia terminaba con sus estudiantes que estaban reprobando. Entre ellos estaba el nombre de Sergio, pero él no asistió, así que ese trimestre le había quedado la materia.
Por su parte Roger seguía bajo el agua de en la ducha pensando en los pétalos que su jardín consumió, el néctar que su abeja tomo y la sensación que la mujer despertó en su cerebro.
Deseaba que ella estuviera con él, no la veía como un placer, ya no era un apetito sexual. Quería despertar a su lado, compartir la misma cama, desayunar juntos, aspiraba llegar a ser su esposo. Era tan perfecta, como le decía que se había enamorado, le había dicho que solo era un placer.Salió del baño, seco su cuerpo y comenzó a vestirse.
Quiero ser ese, que al llorar seque sus lágrimas, ella uso algo en mí, no puede ser que me haya flechado de esa manera, por esa vez que lo hicimos en el salón… ya no quiero más, voy a explicarle lo que siento, Zamire es el amor de mi vida —Vestido y perfumado salió a visitar a la chica. En camino la vio tomada de las manos con un chico —Ese debe ser Sergio, su novio. ¿Qué tiene el que yo no posea? Viéndolo bien es guapo, pero yo estoy mejor, lo debe de tener muy largo —sonrió —que desilusión estar así. Se ve tan contenta con ese chico, los dos son perfectos juntos… ¿Roger que te está pasando? No es la única chica, pero es la que quiero —Silencio sus pensamientos, no podían jugar en su contra. Estaba seguro que ella debía sentir algo por él. No iba a dejarla ir, no se daría por vencido tan rápido, apenas comenzaba el juego, por ello se devolvió a la residencia.
En ese momento Zamire se dio la vuelta y vio de espalda a Roger alejarse. Su mirada se tornó preocupada y angustiada, en su mente se preguntaba ¿Qué hacía Roger detrás de nosotros?
—Te pasa algo amor.
—No Sergio estoy bien. Vamos por las empanadas —sonrió falsamente.
Sonó el teléfono, un mensaje de Sonia entro al buzón. “Hijo mañana ven hasta la plaza del centro comercial, para que nos tomemos algo y conversemos”. El chico vio lo testeado por su madre y le respondió, “está bien mamá, a las diez de la mañana estoy ahí”.
Roger le contaría a su madre lo que le estaba pasando, para ver qué opinaba ella. Siempre estaba pendiente de él. No como Jesús que decía ser su padre y no se preocupaba. Tomo su bolso y lo engancho en su brazo izquierdo.
Aquel era un día normal, nada extraño sucedería… cada cosa estaba en su lugar, cada pensamiento en su cerebro. La odisea estaba calmada por ahora.
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Love At Home
Teen FictionLa ciudad de Cabimas. Muchas mentiras y secretos que se mezclaran entre sí. Una universidad. Muchos conflictos que atravesar. Tres chicos tendrán que sumergirse en este juego tan peligroso. Las tentaciones y el romance se tomaran de la mano, los sec...