29 años | Anggele
Junio
Seis meses después...
Arrugo la nariz cuando me miro al espejo, tengo alergia y algo de congestión, debe ser porque me mojé con la lluvia cuando salí del trabajo ayer. Me recojo el cabello en una coleta para quitarme el maquillaje, una vez termino, me doy una ducha rápida y me pongo mi pijama. Una sudadera ancha y un short de tela. Ese es mi atuendo ideal para dormir.
Me acerco al tocador que había comprado hace unos meses atrás y que ahora formaba parte de la decoración de la habitación y enciendo el teléfono para revisarlo.
¡Estoy tan emocionada por verte otra vez, amiga!
¡Solo cuento las horas! UwU
Sonreí al ver el mensaje de Erika, con quién me vería mañana porque sería mi dama de honor. Por supuesto, Aiby sería mi madrina, pero no podía dejar a mi primera amiga de lado.
¡Yo también estoy deseando verte!
Tenemos mucho de que hablar.
Te espero mañana. ♡
Luego de ver qué el teléfono tiene veinte por ciento de carga, lo dejo en su sitio cuando veo que no hay ningún otro mensaje importante.
Suspiré cuando me di cuenta que el aburrimiento ya estaba haciendo de las suyas en mi sistema. Ahora que tengo permiso especial en el trabajo y salgo más temprano, no tengo nada que hacer después de las seis de la tarde. Además, Aiby se estaba quedando con Sebastián gran parte de las noches y eso no ayudaba mucho, ella era mi única diversión.
De hecho, había estado jugando Candy Crush desde que llegué del trabajo, por eso mi teléfono estaba casi muerto y yo no tenía nada más que hacer.
La puerta se abrió de pronto y mi ceño se frunció al ver a Demián entrar mientras se quitaba la corbata.
—Hola, amor —se acercó para darme un beso.
—Hola —hice una mueca—. Es temprano, ¿qué haces aquí?
—Son casi las siete, creí que estarías contenta —ladea la cabeza y se agacha frente a mí.
—Lo estoy. Me gusta que llegues a casa temprano —le sonrío—. Es que has estado llegando tarde.
—El papeleo es horrible —me sube la sudadera—. Sebastián ya se encargará con la nueva secretaria —sus ojos dejan los míos y van a mi abultado vientre—. Hey, campeón, ¿has molestado mucho a mamá?
—¿Mucho? —bufo—. Es un trompo. No deja de patearme.
—Mamá se molestará, Derek —le dice y, con una sonrisa, le da un beso a mi panza—. Te extrañé.
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Solo porque sí (Saga D.W. 3)
RomanceAnggele y Demián. Demián y Anggele. Del mismo modo y en sentido contrario. Separados son un caos; juntos, una catástrofe. Son el uno para el otro. Están hechos para complementarse mutuamente. Pero, ¿lograrán darse cuenta a tiempo? Ninguno quiso que...