1: Que no te escuchen decir soccer.

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Capítulo 1: Que no te escuchen decir soccer.




Narra Harry.



Salía de la estación subterránea, había una cabina telefónica hecha pedazos, todos sus vidrios en el suelo y algo de sangre, creo que en mi cara se notó el asco y miedo por esa imagen. Cuando vi a mi hermana correr hasta mí con una gran sonrisa, mientras empujaba un carrito de bebé.



–Harry creí que no volvería a verte. –Dijo Gemma. –Dios, te extrañé tanto ¡ha pasado mucho tiempo! ¿Cómo has estado cariño? –Decía mientras me daba un fuerte abrazo del cual me aferré con más fuerza, esto era lo que necesitaba, un abrazo.


–También te extrañé mucho.


–Tengo que presentarte a alguien. –Se soltó de nuestro abrazo, para voltearse y tomar en sus brazos al pequeño que se encontraba en el carrito detrás de ella. –Tío Styles, te presento al pequeño lord Ben.


–Es un placer conocerte Ben ¡Eres mi primer sobrino! De seguro soy el tío más bonito que tienes. –Dije chocando mi mano con la suya, la mía era tan grande y la de él tan, tan pequeña.


– ¿Qué te parece si dejo a este niño devuelta en su transporte y vamos a mí casa?


Asentí y mientras comenzábamos a caminar, señalé la cabina telefónica y dije


– ¿Que ocurrió aquí? ¿Un ataque terrorista?


–Bienvenido devuelta a Inglaterra. –Dijo rodando sus ojos. –Tottenham versus West Ham a noche, e imagínate el resto.


– ¿Ahora eres fanática del soccer? –Le pregunté con una sonrisa en mi rostro.


–Oh Harry, ¡Eres ingles! Que no te escuchen decir soccer.


– ¿Quiénes?


–El imperio británico. –Dijo y reímos. Sé que el decir "soccer" es más americano, ¿Pero qué puedo hacer? Pasé tanto tiempo en Estados Unidos que algunas expresiones de allá, ya se me hicieron costumbre.



Por suerte su casa no quedaba tan lejos de nuestro lugar de encuentro. Gemma me hizo entrar y sentarme en el sofá junto a Ben mientras llevaba mi equipaje a quien sabe dónde.


Solíamos tener nuestra casa familiar en la cual convivíamos Gemma, papá, mamá y yo. Me conocía cada rincón de esa casa pero luego de la muerte de mamá, papá decidió venderla y creo no haber llorado nunca tanto como esos días. Había perdido a mí madre y a la casa donde vivíamos con ella y donde estaban todos sus recuerdos. La voz de Gemma interrumpió mis tristes recuerdos.


–Harry. –Dijo una vez sentada en el sofá enfrente de mí. –Sabes que me alegro demasiado de que hayas venido, pero... ¿Por qué lo hiciste?

Protege Tu Territorio. [LarryStylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora